ESPAÑA 17/10/2006
Ambas organizaciones han acordado elaborar en el plazo de un mes un informe del impacto económico que tendrá para el sector esta medida, que se prevé aún más duro que el incremento en las últimas campañas de los inputs derivados del petróleo.
COAG Almería mantuvo el pasado viernes una reunión con la Federación de Regantes de Almería al objeto de establecer un frente común ante la revisión de la tarifa especial eléctrica prevista por el Gobierno central y que podría suponer un coste millonario para el sector hortofrutícola almeriense, que depende en gran medida del suministro eléctrico, entre otras cosas, para regar.
A juicio de la organización agraria, el proceso de liberalización del mercado de la energía no puede correr a costa de la agricultura, un sector en el que la energía eléctrica es considerada un input de primera necesidad. El sector ha disfrutado hasta ahora de una tarifa especial que el Ministerio tiene ahora intención de eliminar, según el Real Decreto 809/2006 publicado en el Boletín Oficial de Estado del pasado 1 de julio. Además, durante el último año se han encarecido considerablemente las tasas eléctricas (un 5,9% de la tarifa de referencia), notándose especialmente este incremento en la tasa agrícola de riego (+11,38%), en lo que parece ser un primer paso para allanar el camino a la futura revisión de las tarifas eléctricas (ver tabla adjunta).
Por esta razón, ambas organizaciones han acordado elaborar en el plazo de un mes un informe que detalle el coste que supondría para el sector el incremento del precio de la electricidad, tanto para las comunidades de regantes como para los agricultores en sus fincas. Por ahora, y gracias a las protestas elevadas por COAG ante el Ministerio de Agricultura, el Gobierno ha retrasado la revisión de esta tarifa hasta mayo del año que viene, cuando estaba prevista en un principio para finales de 2006. “Ese es el tiempo de que disponemos para impedir que esta subida se lleve finalmente a cabo, algo que podría poner contra la pared a miles de agricultores almerienses que no pueden prescindir de la electricidad”, afirma el secretario provincial de COAG, Andrés Góngora.
De materializarse este incremento, el coste para el sector hortofrutícola podría ser incluso superior al impacto económico causado por la subida de los inputs de producción derivados del petróleo (plásticos, abonos, fitosanitarios, etcétera) durante los últimos años. COAG teme que los agricultores se vean contra la espada y la pared si el coste de las dos fuentes energéticas principales del campo continúan su ascenso. “Al contrario que otros eslabones de la cadena alimentaria, nosotros no podemos repercutir estos incrementos en el precio de las frutas y hortalizas”, indica Góngora. Por esta razón, desde COAG Almería no descartan emprender en un futuro movilizaciones conjuntas con la Federación de Regantes si el Gobierno no abandona su propósito.