ESPAÑA 01/03/2005
El presidente nacional de ASAJA nacional ha insistido, durante el acto de clausura de la asamblea ordinaria de ASAJA Salamanca, en la necesidad de presionar al Gobierno para determinar el destino de los fondos de desarrollo rural hacia los que verdaderamente constituyen el entretejido social del campo: los agricultores y ganaderos.
La asamblea ordinaria de socios de ASAJA SALAMANCA se ha cerrado esta mañana con un balance muy positivo para la organización y todos los asistentes han coincidido en la gran actividad del último ejercicio por toda la provincia. El presidente nacional, Pedro Barato, felicitó la labor de ASAJA Salamanca como una provincia clave en el futuro del campo español y arengó a los presentes para hacerse con la bandera de las reivindicaciones.
Barato subrayó, en su intervención, los cambios de la nueva PAC que se han puesto en marcha esta campaña y apostó, como reto del colectivo para el futuro, por el desacoplamiento total de las ayudas a partir del 2.007, especialmente en el sector de los herbáceos, al mismo tiempo que criticó la intención del MAPA por llevar a la práctica el famoso artículo 69. Esta decisión, que se ha pospuesto para el primer semestre de este año ante la reticencia de todas las CCAA, necesita de la presión que desde ASAJA se va a ejercer para evitar que esto no suceda y que los fondos para el desarrollo rural se destinen hacia el verdadero entretejido de la vida en el campo que no son otros que los agricultores y ganaderos. “El verdadero desarrollo rural sería invertir en agricultura y ganadería”, señaló, y aunque la reforma intermedia está prevista hasta el 2.013 vaticinó nuevas reformas para el 2.010.
El máximo responsable de ASAJA criticó la “amenaza” del ministro de Trabajo, Jesús Caldera, a los empresarios sobre el endurecimiento de las inspecciones a los que no legalicen la situación de sus trabajadores extranjeros cuando “nosotros hemos sido los primeros que hemos venido insistiendo en dotar de facilidades a estos procesos de regularización con el fin de realizar con todas las de la ley la campaña de recolección, pero con esa ley no se pueden hacer maravillas”.
Los abusivos márgenes comerciales en los precios de destino de los productos agrarios después de las últimas heladas fueron otra de las críticas que Pedro Barato expuso en su intervención, un encarecimiento que se ha cuadruplicado en los últimos días y no ha repercutido en los precios de origen por lo que el consumidor debería conocer quién es el verdadero responsable de la inflación. El presidente de ASAJA abogó por el doble etiquetado de los productos con el que dar a conocer la verdadera situación que viven los agricultores produciendo muy por debajo de los costes de producción. Barato también recordó la promesa incumplida del equipo de Espinosa en torno al certificado veterinario, “en vez de retirarlo, al final vamos a tener más de uno” y de seguir así la política del MAPA ante las crisis agro-ganaderas, como es el caso de la lengua azul, “también desaparecerán las ferias de ganado en España”.
Por otra parte, en la clausura de la asamblea de ASAJA Salamanca, el presidente regional, Donaciano Dujo, insistió en reclamar y exigir la atención de todas las administraciones públicas en la reforma de la OCM del azúcar y hacer un frente común para evitar la propuesta de Bruselas, “es obligación de Zapatero y Espinosa lograr el apoyo de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido para evitar la catástrofe”. Tampoco, dijo, “valen soluciones intermedias y no aceptamos una bajada de precios” manifestó.
Tanto Dujo como Barato transmitieron sus felicitaciones al presidente provincial de ASAJA, Vicente de la Peña, por el esfuerzo “sobrehumano” realizado en los últimos tiempos por la organización agraria para luchar e informar a los profesionales del campo en un año de cambios. Los tres dirigentes coincidieron en resaltar la unión de ASAJA frente a la desunión de las Coag y el desatino de las políticas llevadas a cabo tanto por las Coordinadoras como por Upa cuando ambas se hicieron valedoras de la modulación con carácter social, una filosofía según la cual los profesionales del campo recibirán un 3% menos de las ayudas.