ESPAÑA 28/03/2005
El consejero de Economía, Industria e Innovación, Patricio Valverde, ha visitado esta mañana la industria cerámica de Valentín, pedanía de Cehegín, que factura 30 millones de euros anuales (5.000 millones de pesetas), de los que entre el 70% y 80% procede de la exportación. Esta industria emplea a 450 personas y genera un trabajo indirecto que supone la participación de más de 2.000 trabajadores.
Las tres fábricas que se han visitado son: Blas Alemán S. L., Romasa y Sebastián Pérez. Pero son catorce las empresas que se dedican en Valentín a la producción de losa, ladrillo y teja cerámica, y se trata de empresas familiares, que en estos últimos meses han dado un gran salto de calidad al unirse y crear una empresa común y, al mismo tiempo, asociarse y encargar un trabajo de investigación para conocer las propiedades de la tierra que utilizan como materia prima.
La participación de las empresas en el programa Red de Cooperación (Redco), del Instituto de Fomento, ha dado como resultado que emprendieran el proyecto para la explotación conjunta de las canteras de Valentín. Después de tres años desarrollando el citado proyecto, han creado una empresa común denominada Explotaciones de Áridos de Valentín y Noroeste S. L. y también la Asociación de Explotadores de Áridos y la Asociación de Fabricantes de Cerámica. Todo ello sin que ninguna empresa haya perdido su identidad.
La industria de Valentín ha alcanzado grandes cotas de calidad y prestigio granjeado a través de los años, ya que esta producción, caracterizada por su proceso artesanal, ha sido heredada de los árabes. Para la cocción se utiliza orujillo de oliva como combustible y esto también le da al producto unas características propias. Esto, las peculiaridades de la tierra y el uso de hornos de estilo árabe han convertido la cerámica de Valentín en un producto definido con una marca propia.
De hecho, esta cerámica se utiliza en urbanizaciones de lujo de la Costa Azul (Francia), de Alemania, Italia, Estados Unidos, Japón y Australia.
Gracias a la colaboración de la Dirección General de Ciencia, Tecnología y Sociedad de la Información, los empresarios encargaron una investigación a la Universidad de Murcia, con el fin de que determinara las propiedades de la tierra extraída. Ese estudio ha analizado los minerales previos y posteriores a la fabricación del producto. La arcilla es refractaria y soporta temperaturas mayores a los 1.500 grados.
Esta industria se ha marcado varios objetivos para los próximos años. Uno de los retos es seguir apostando por la innovación con el fin de optimizar el secado y cocción del producto. Los empresarios pretenden igualmente asistir a ferias con una marca propia, que han registrado con el nombre de ''Cerámica Valentín'', y consolidar los grandes mercados, sobre todo el de Estados Unidos.
No obstante, uno de los principales retos es aprovechar la energía calorífica que generan a través de los hornos y durante el secado para convertirla en una nueva fuente energética. También es su intención emprender algún proyecto basado en energías renovables, en el que está colaborando la Dirección General de Energía, Industria y Minas. Asimismo pretenden transformar las zonas de extracción en parques de recreo y lúdicos.