El consejero de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, y el rector de la universidad de Murcia, José Ballesta, han colocado esta mañana la primera piedra de la depuradora simbiótica que se construirá en el campus de Espinardo, fruto del convenio suscrito entre la Entidad de Saneamiento de la Región de Murcia (ESAMUR) y la citada universidad, con objeto de investigar y desarrollar nuevas tecnologías de depuración de aguas residuales. El consejero ha destacado que si los resultados de este proyecto son tan satisfactorios como se espera, esta tecnología de depuración podría aplicarse con muy bajo coste en pequeños y medianos núcleos de población, posibilitando su aprovechamiento para jardinería e instalaciones deportivas próximas. Cerdá destacó asimismo que Murcia es una Región puntera “incluso a nivel mundial” en lo que a depuración de aguas se refiere. Actualmente el 94 % de la población está conectada a depuradora y se reutilizan hasta 107 Hm3 de aguas depuradas.
La depuración simbiótica es una tecnología “blanda” de muy bajo consumo energético que aprovecha la actividad microbiana en un lecho granular filtrante que emula los procesos edáficos naturales de percolación en el suelo para conseguir la oxidación de la materia orgánica y la reducción de suspensiones y nutrientes.
Esta planta, que recibirá un volumen de hasta 160.000 m3/año equivalentes al 50 % de las aguas residuales generadas en el campus de Espinardo (el resto se trata en una depuradora recientemente construida), permite su integración paisajística como zona verde, y las aguas tratadas por esta se aprovecharán en el riego de parques y jardines del campus.
Los trabajos objeto del citado convenio incluyen la construcción de la depuradora simbiótica y el desarrollo de dos programas científicos de seguimiento, uno de los aspectos físico-químicos y otro de los microbiológicos, así como los programas necesarios de explotación y mantenimiento de la planta.
La Entidad de Saneamiento (ESAMUR) financiará las inversiones y gastos necesarios para la construcción y desarrollo de los programas científicos evaluados en unos 500.000 euros. Por su parte la Universidad de Murcia aportará el personal científico necesario para realizar los controles y pruebas previstas, así como la explotación y conservación futura de las instalaciones.