La falta de lluvias del otoño puede suponer un fuerte impedimento para el correcto desarrollo de los cultivos de secano. Y es que el déficit de lluvias de los últimos tres meses de 2004 hace que en la zona sur y centro de la península se pueda hablar de sequía: en octubre, noviembre y diciembre ha llovido un 35% menos que la media histórica desde 1930 en ese mismo periodo de tiempo. Como la diversidad climática e hidrológica es extraordinaria en nuestro país, este déficit de lluvias ha sido más acusado en el suroeste (Andalucía occidental y Extremadura) y nordeste peninsular (Cataluña y Aragón), mientras que en el centro -Madrid y Castilla-La Mancha- también ha llovido un poco menos de lo normal, al igual que en La Rioja, Navarra, Castilla y León y la vertiente cantábrica.
Los cultivos más afectados por esta coyuntura climatológica adversa están siendo los de secano, especialmente la remolacha, el olivar y los cereales de invierno;
Remolacha: en Andalucía, 2.000 hectáreas de secano se han perdido y otras 1.000 están en peligro debido a la falta de lluvias. De ahí, que la Mesa de Seguimiento de la Zona Sur del Acuerdo Marco Interprofesional acordara ayer el incremento de la superficie de las siembras de regadío, con objeto de paliar en lo posible unas pérdidas de producción que ya se dan por seguras en el secano. De esta manera se pretende conseguir alcanzar la producción estimada en más de dos millones de toneladas.
Olivar: la producción estatal de aceite de oliva no llegará a las 800.000 toneladas en esta campaña (cifra alejada de las 954.885 toneladas previstas), debido a la escasez de lluvias en los últimos meses, por lo COAG ha solicitado al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), que establezca una línea de seguros que cubra la pérdida de rentas por efectos climatológicos adversos. No obstante, el mayor problema en el olivar vendría por la ausencia de precipitaciones en el próximo mes, ya que esto podría afectar significativamente a la próxima cosecha.
Cereales: los cereales de secano también se pueden ver seriamente afectados si no llueve en las próximas semanas. En cultivos herbáceos se está en un punto en el que se puede recuperar al 100% o perderse toda la cosecha, en función de la climatología futura.