COAG-IR califica de arbitrario el nuevo régimen de extracción del acuífero 23

Pone en riesgo la viabilidad de miles de hectáreas de cultivos sociales y de viñedos reestructurados, con negativas consecuencias para el empleo en la zona.

La Confederación Hidrográfica del Guadiana ha aprobado, con el voto a favor de las Administraciones y en contra de los regantes, un Régimen de Explotación 2005 para el Acuífero 23 que reduce ostensiblemente la disponibilidad de agua para usos agrícolas, al haber pasado de los 230 Hm3 que se venían autorizando en años precedentes, a los 170 Hm3 actuales. Dicha reducción penaliza sobre todo a las 70.000 hectáreas de viñedo de la zona, que solo podrán regarse a razón de 700 m3 por hectárea y año en lugar de los 1.000 m3 permitidos en el 2004 y de los 1.500 m3 del 2003 y a las explotaciones de otros cultivos de regadío mayores de 10 hectáreas, que representan un 32 % de los regantes y un 80 % de las casi 82.000 hectáreas inscritas que no son de viña. Las dotaciones de las explotaciones de menos de 10 hectáreas, que han mejorado algo su situación, siguen siendo de un 22 % a un 24 % inferiores a las que tenían hasta el año 2003.

COAG-IR valora negativamente esta decisión y considera una arbitrariedad que se reduzca en un 26 % (60 hm3) el volumen de agua del que pueden disponer los regantes de estas comarcas de nuestra región, máxime si se tiene en cuenta que recientemente se ha aprobado un nuevo trasvase, a través del Tajo Segura, de 114 Hm3 a Valencia, Murcia y Andalucía, de los cuales 72 son para regadío.

El recorte estaría motivado, según podría desprenderse de lo manifestado por el Comisario de Aguas de la Confederación en la Junta de Gobierno, en que el volumen extraído realmente del acuífero 23 está sobrepasando muy ampliamente los 230 hm3 autorizados hasta el año pasado, pudiendo alcanzarse incluso los 428 hm3 anuales.

Sin embargo, reducir el régimen de explotación (que afecta solo a quienes son regantes con derechos al uso del agua) no aporta soluciones al problema del vaciado del acuífero si no establece una ordenación selectiva de todas las extracciones (legales y alegales) y los adecuados mecanismos de control sobre las mismas. En palabras de Antonio Castellanos, Secretario General de COAG-Iniciativa Rural de Castilla-La Mancha: “Se está haciendo pagar a justos por pecadores. Quien ha tomado esta decisión y la ha apoyado tendrá que explicarle a los regantes de Alcázar, o de Daimiel, porque no se le deja agua suficiente para regar con su pozo legal el viñedo que ha puesto en reestructuración; mientras los pozos sin derechos de agua, que no los controla quien debería, riegan cuanto quieren” y ha añadido “...cuando, además, se siguen aprobando trasvases para que no les falte agua a los regantes de Murcia”.

El objetivo triple de recuperar los niveles del Acuífero, restaurar el equilibrio ecológico de la zona y mantener un regadío sostenible y rentable, sería perfectamente alcanzable si los trasvases que se hacen al regadío del Levante se destinarán a cubrir las necesidades de la Cuenca Alta del Guadiana en Castilla-La Mancha.

COAG-Iniciativa Rural muestra su preocupación por la supervivencia del Acuífero 23 y por la del entorno ambiental, socioeconómico y demográfico que alimenta; porque empieza a observar en las actuales autoridades hidráulicas la misma inoperancia y ceguera que en el anterior equipo del Ministerio y de la Confederación Hidrográfica. “Parece que piensen que el problema del acuífero lo puedan abordar sin asumir costes, ni políticos, ni económicos, y esto no se arregla si no es con decisiones consensuadas, pero valientes y con mucho presupuesto” ha declarado Castellanos.

COAG-Iniciativa Rural se felicitó de que el cambio de Gobierno de abril pasado conllevará la paralización de un proyecto de Plan Especial del Alto Guadiana muy negativo porque no iba a contribuir a recuperar el acuífero y porque dejaba a los agricultores profesionales en mano de la especulación del mercado de derechos de agua. Sin embargo, no puede mostrarse ni con mucho satisfecha de cómo están desarrollándose los acontecimientos porque, a estas alturas, el Plan Especial del Alto Guadiana, según manifestaciones del Portavoz de Agua de COAG-IR, José María Oñate “sigue siendo un acto de Fe que se nos pide a los ciudadanos y a los agricultores. Se nos dice que debemos aportar ideas al Plan; pero ni se nos presenta un borrador, ni se ha convocado una sola reunión, ni se sabe con que dinero va a contar, ni de donde va a salir”.

COAG-Iniciativa Rural considera urgente:

- Que se suspenda cualquier Trasvase del Tajo-Segura a otras regiones que no sean para el abastecimiento de la población y que, si hay que hacer trasvases para el desarrollo del regadío que se haga para los regantes castellano-manchegos.
- Que se aceleren los trabajos del Plan Especial del Alto Guadiana, que según la Ley del Plan Hidrológico Nacional debería haber estado listo en julio del 2002 y que se haga una previsión económica y financiera del mismo.
- Que el proceso de elaboración sea desde un principio transparente y abierto, lejos del secretismo y la parcialidad con que actuaron los anteriores responsables. Ni se debe sacar adelante este plan sólo con los regantes y usuarios, ni sólo con los movimientos ecologistas.
- Que el Plan Especial del Alto Guadiana incluya, según las alegaciones presentadas en su momento por COAG-IR, la ordenación selectiva de las extracciones con un alto componente social en el que se contemple entre las primeras prioridades a los agricultores profesionales.
- Que se tramite la aprobación de un nuevo Régimen de Extracciones similar al que estuvo vigente entre los años 1994 y 2003, en el que se fijaba en 230 Hm3 el volumen extraíble para regadío, se concedía una dotación para viñedo de 1.500 m3 por hectárea y año y se distribuían los consumos para otros cultivos modulados en función de la superficie.
- Que las autoridades regionales sean conscientes de que, siendo muy importante garantizar los abastecimientos de la población, es necesario también dedicarle la adecuada atención política a mantener y desarrollar el tejido socioeconómico –y en el la agricultura de regadío representa un papel esencial- de la Cuenca Alta del Guadiana, donde se asiente uno de los núcleos demográficos más densos de la región.

De lo contrario corremos el riesgo de tener un magnífico Plan cuando el Acuífero esté ya agotado o de haber garantizado el abastecimiento a una población que ya se habrá ido.