ESPAÑA 10/09/2004
La FAO alertó sobre la grave amenaza que representa, tanto para las personas como para el medioambiente, las grandes cantidades de residuos químicos tóxicos de plaguicidas inutilizados o caducados en zonas como Europa del Este, Asia, Oriente Medio y América Latina.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en Latinoamérica y Oriente Medio el volumen de sustancias químicas ''envejecidas'' procedentes de plaguicidas ronda las 10.000 toneladas.
Sólo Ucrania tiene unas 19.500 toneladas de este tipo de productos en mal estado, mientras que en Macedonia hay unas 10.000, en Polonia 15.000 y en Moldavia 6.600.
En Asia las existencias alcanzan las 6.000 toneladas, sin contar a China, país del que la FAO no posee datos concretos pero en el que, según supone el organismo, el ''problema de los plaguicidas está muy difundido''.
En un comunicado, la organización, con sede en Roma, hace también hincapié en la grave situación que se vive en Africa, donde la cifra de plaguicidas caducados en 53 naciones asciende a 50.000 toneladas.
''Países como Argelia, Camerún, Somalia, Eritrea y Senegal están enormemente preocupados por los efectos graves y continuos de sus reservas de plaguicidas inutilizados'', señala en el documento el jefe del programa de la FAO sobre Prevención y Eliminación de Plaguicidas Caducados, Mark Davis.
Este responsable de la agencia insistió en la urgente necesidad de proporcionar ayuda a los países afectados ''para eliminar sus existencias de plaguicidas inutilizados e impedir la acumulación de residuos químicos tóxicos''.
''Desgraciadamente, sin fondos adicionales de los países donantes, la FAO no será capaz de responder a las naciones miembro que necesitan asistencia porque los recursos se acabarán a finales de año'', advirtió.
Los plaguicidas caducados son los restos que han quedado de las campañas de control de plagas, que no fueron retirados en su día y que permanecen almacenados contaminando el ambiente y poniendo en peligro la salud de las personas.
La limpieza de una tonelada de este tipo de residuos cuesta alrededor de 3.500 dólares, con lo que la mayor parte de los países en desarrollo no cuentan con estructuras para la eliminación segura de estas sustancias peligrosas.