ESPAÑA 23/09/2004
La vendimia de la denominación de origen Ribeiro, comenzó de forma oficial con la apertura de las bodegas para recoger las uvas de los viticultores, sin que ambas partes llegaran a un acuerdo sobre el precio de las uvas reclamado por sindicatos y productores.
Los cinco mil viticultores de la comarca y numerosos asalariados temporales realizarán la vendimia, de forma progresiva, a partir de hoy que será multitudinaria el próximo fin de semana, debido a las previsiones de buen tiempo.
En el municipio ourensano de Beade, uno de los catorce acogidos a esta denominación de origen, la familia de Alfredo López Carballal inicia la vendimia con once estudiantes contratados para trabajar durante cuatro días, procedentes de Extremadura, Santiago de Compostela, Ferrol o Nicaragua.
''La producción de mis dos hectáreas de viñedo -dijo- la reparto entre el vino que elaboramos en nuestra bodega y la venta a otras bodegas, en las que mandan son los cuatro o cinco grandes bodegueros que se abastecen de uva de los viticultores que trabajamos durante todo el años, sin ayudas''.
Uno de los familiares que colabora en la vendimia de Alfredo López señaló que la cosecha se hace sin precio acordado, ''hasta que llegue el mes de enero en el que nos anuncian el precio que decidieron entre ellos y que nosotros tenemos que aceptar, a pesar de que cada año lo recortan en quince o veinte céntimos de euro''.
Esta falta de acuerdo en los precios de las uvas antes de la vendimia es denunciada desde los sindicatos agrarios y, según José Luis Fernández Celis, de Unión Agrarias (UUAA) se agrava por el envío de cartas de algunas bodegas a los viticultores, para advertirles que este año no les comprarán la uva, porque todavía tiene vino sin vender en sus instalaciones.
''Este año la excusa es que les queda vino, añadió, y otros años otra cualquiera, pero la realidad es que, después de inversiones de millones con euros públicos en las bodegas de O Ribeiro, sus viticultores nunca vivieron una situación de abandono como la actual, con un precio un 64 por ciento más bajo que el de hace diez años''.
Los sindicatos UUAA, SLG y XXAA piden conjuntamente, desde hace dos semanas, que la consellería de Política Agroalimentaria convoque una mesa de negociación con bodegueros y viticultores, para regular todos los aspectos del sector, incluido el precio de las uvas.
Los sindicatos también coinciden en la necesidad de impulsar el asociacionismo, representado en O Ribeiro por las dos bodegas industriales que aplican el sistema de cooperativa, entre un total de cien bodegas acogidas a la denominación de origen Ribeiro.
En el municipio de Beade, una cooperativa de 106 socios abre sus puertas por primera vez esta tarde para recoger las uvas de los viticultores asociados.
Según uno de los socios, el alcalde de Beade Senén Pousa, la capacidad de la cooperativa San Roque es de 1,5 millones de kilogramos de uvas, ''aunque este año, por ser el primero, no la llenaremos, porque sólo cogemos uva de los socios y, en unos días, nos reuniremos para decidir el precio''.
La cooperativa, recientemente creada, sacará al mercado dos vinos blancos y uno tinto, según Pousa, de las gamas de calidad media y alta.
La otra cooperativa de la denominación de origen es la Vitivinícola do Ribeiro, con 725 socios y una previsión para esta vendimia de 7,5 millones de kilogramos de uvas, datos que la convierten en la mayor bodega vitivinícola de Galicia.
El gerente Argimiro Levoso, señaló que la bodega se abrirá para las uvas de los socios y de otros 650 proveedores con contratos quinquenales, a partir del próximo jueves 23.
''Desde hace una semana, indicó, vendimiamos sólo los racimos especiales para nuestro primer vino tostado, ahora llevamos dos días vendimiando una selección de uvas albariñas y treixadura para unos nuevos vinos que comercializaremos el 2005, sobre todo en el mercado internacional, y hoy entrarán en las tolvas las uvas más maduras de nuestros socios''.
El precio mínimo que paga la cooperativa por las uvas oscila, según Levoso, entre 0,6 euros por la variedad palomino y 1,3 euros por la variedad autóctona treixadura, ''a los que hay que sumar las primas por calidad según la graduación de los racimos''.
El gerente de la cooperativa indicó que la situación de crispación entre los viticultores ''es perjudicial para la denominación de origen, cuando los datos del Ministerio de Agricultura indican que este tipo de vinos con denominación se venden perdieron en 2003 un cinco por ciento de cuota de mercado''.
''No hay motivo, concluyó, para que las bodegas originen una situación de conflicto en torno a los precios, ya que dentro de lo que cabe, la denominación Ribeiro funciona medianamente bien y mucho mejor que hace algunos años, por lo que ningún viticultor debería tener problemas para vender sus uvas''.
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