ESPAÑA 03/08/2004
El secretario general de Agricultura, Fernando Moraleda, valoró el acuerdo agrícola alcanzado este fin de semana en el seno de la Organización Mundial de Comercio (OMC), mientras que las tres organizaciones agrarias -ASAJA, COAG y UPA- exigen al Gobierno que lo rechace y lo califican de ''muy negativo''
Moraleda, en declaraciones, matizó que el acuerdo sienta las bases de una futura negociación, que se llevará a cabo en diciembre, y explicó que la UE no tendrá que realizar más sacrificios ya que tuvo la iniciativa de acometer la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), compatible absolutamente con la negociación de la OMC.
En cambio, según Moraleda, otros países desarrollados, y especialmente Estados Unidos, sí tendrá que acometer una reducción drástica y progresiva de sus subvenciones agrícolas.
Recordó que los tres pilares de la negociación en la OMC pasan por la reducción de las restituciones a las exportaciones, la ayuda interna y el acceso a los mercado, y señaló que en ninguno de ellos España ha resultado perjudicada.
Destacó la inclusión para los países desarrollados de una lista de productos sensibles, que recibirán un tratamiento arancelario diferencial, aunque matizó que esta lista se elaborará en el mes de diciembre y aún es pronto para saber qué productos formarán parte de ella.
En cambio, el presidente de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA), Pedro Barato, aseguró que el acuerdo es ''absolutamente negativo para el campo español'' y afirmó que ''todo lo que sea reducir o incluya un pensamiento de reducción es malo para el campo español''.
A su juicio es muy negativa la exclusión del reconocimiento de las denominaciones de origen y específicas del acuerdo.
Según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG, el acuerdo provocará un daño ''irreparable'' a la agricultura familiar agraria y además no beneficiará a los países en vías de desarrollo.
En un comunicado, el responsable de producción agrícola de COAG, Rafael Hernández Reyes, aseguró que ''la apertura del mercado agrícola beneficiará a las multinacionales de este sector y destruirá tejido productivo familiar''.
Desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), supone una ''liberalización salvaje de los mercados mundiales'' y criticó que una vez más la UE utilice la agricultura como moneda de cambio para obtener mayores beneficios en otros sectores como el industrial o el de servicios.
En un comunicado, explicó que la propuesta aprobada supone un nuevo recorte en las ayudas agrarias que reciben los agricultores europeos en concepto de subvenciones a la exportación y que se cifran en casi 3.700 millones de euros anuales, con especial incidencia en leche y productos lácteos, azúcar, cereales y carne de vacuno.
