ESPAÑA 13/08/2004
Según informó Santiago Vivanco, vicepresidente de esta fundación, los trabajos comenzaron hace tres años, aunque éste es el primer verano en la que se acomete un campo de trabajo de un mes, con estudiantes de historia y arqueología de varias universidades.
''Queda mucho trabajo por hacer, pero el objetivo último sería poner en valor los restos que podamos encontrar para levantar aquí un pequeño museo de sitio'', afirmó Vivanco durante una visita a estas antiguas instalaciones agrícolas, cuyo primeros textos alusivos a ellas datan del 1148.
Ese año, el rey Alfonso VII donó al monasterio cisterciense de San Raimundo de Fitero (Navarra) los restos de un antiguo monasterio que estaba abandonado.
En la segunda mitad del siglo XV, las instalaciones, convertidas ya en granja, pasaron a depender del monasterio de San Prudencio de Monte Laturce (La Rioja), hasta que en el siglo XIX fueron subastadas después de la desamortización de Mendizábal, lo que las llevó a la ruina.
Sus nuevos dueños y los posteriores propietarios de las instalaciones y los terrenos anexos desestimaron el valor que pudieran tener los edificios y arramblaron con ellos para allanar el terreno y plantar, primero cereal, y, luego, almendros.
Durante los dos primeros años de las excavaciones, las labores sacaron a la luz cuatro lagos para la elaboración de vino, así como los restos de una bodega, con un calado central de unos veinte metros de longitud, y otros tres laterales.
Este año, los trabajos han servido para limpiar parte de la tierra que cegaba la bodega y para encontrar dos nuevas habitaciones.
En la primera de ellas han aparecido restos de pintura mural, con decoraciones de hojas y flores en tonos rojos, azules y amarillos, aunque muy fragmentados por el desplome de las paredes.
La segunda habitación, contigua a la anterior, conserva en perfectas condiciones el suelo de ladrillo y varias zonas con tabiques para separar los ambientes.
Junto a ésta aparece un empedrado hundido en parte que deja ver otra galería subterránea.
La documentación estudiada describe la existencia de dos calles empedradas, una de las cuales se ha localizado junto a la parte alta de los lagos.
''Probablemente este tramo empedrado se utilizaría para descargar la uva'', afirmó la arqueóloga responsable de la excavación, Pilar Sáenz Preciado.
Los trabajos también han descubierto la estructura del edificio, con suelo empedrado y escaleras a una planta superior que no se ha conservado.
''La desamortización de Mendizábal hizo un estudio detallado de la granja, en la que se decía que el edificio era de dos plantas. En la planta baja había un oratorio, cocina, recocina y una serie de habitaciones, las ahora descubiertas y una planta alta con seis habitaciones, que fueron derribadas'', dijo.
Sáenz Preciado indicó que la documentación también habla de una almazara dedicada a la producción de aceite y de la existencia de una ermita en el cerro consagrada a San Bartolomé, que se remodeló en 1752, con una necrópolis anexa que será el ''próximo punto de mira''.