El Ministerio de Medio Ambiente está ''comprometido'' en el paulatino abandono del bromuro de metilo, un desinfectante y plaguicida cuyo uso está limitado por la UE, y en su sustitución por alternativas que no sean dañinas para la capa de ozono, anunció su titular, Cristina Narbona.
La Comisión Europea envió el pasado día 20 a España un primer aviso por no presentar, antes del 31 de marzo de este año, fecha límite para hacerlo, un informe sobre el uso del bromuro de metilo como plaguicida para los cultivos.
Narbona señaló esta tarde en los pasillos del Congreso, antes de comparecer ante la Comisión de Medio Ambiente para informar sobre el Plan Nacional de Derechos de Emisión, que el Ministerio de Agricultura ha iniciado con el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) los trabajos ''para generalizar los sustitutos'' de ese producto.
España, afirmó, ''tiene que reducirlo -su uso- de una manera muy significativa''.
Este ''incumplimiento'', subrayó, es uno de los ''muchísimos'' en materia ambiental en España y su ministerio está ''comprometido a su paulatina desaparición''.
El bromuro de metilo, de fácil aplicación y con un gran espectro ha sido muy utilizado como fumigante en la agricultura, en almacenes y tratamientos de cuarentena.
Se considera que es un producto económico, aunque se degrada con dificultad y puede acumularse en exceso, debido a que elimina todos los organismos vivos con los que entra en contacto: insectos, ácaros, nemátodos, hongos, bacterias virus y malas hierbas.
En 1992 se incluyó al bromuro de metilo como sustancia activa responsable de la destrucción de la capa de ozono y se acordó disminuir progresivamente su aplicación hasta la total prohibición.