ESPAÑA 31/05/2004
El G-20, capitaneado por Brasil y la India, presentó en la Organización Mundial del Comercio una nueva propuesta sobre acceso a los mercados agrícolas que exige que cualquier nueva fórmula que acuerden los 147 países miembros ''garantice la progresividad'' en los recortes arancelarios.
La propuesta, que se presenta como una contribución a las negociaciones sobre liberalización agrícola de la próxima semana en Ginebra, pone como primera condición que no se excluya a priori ningún producto de esos recortes, que deberán ser tanto más profundos cuanto más elevados sean los derechos de aduana actualmente aplicados.
Este requisito va dirigido claramente contra los países ricos, que protegen con aranceles muy altos- superiores a un 100 por ciento- los productos que consideran ''sensitivos'' desde el punto de vista de sus intereses agrícolas.
Esos productos, como los lácteos, el vacuno o el arroz, que soporta en Japón un aranceles del 400 por ciento, coinciden con los que tratan de exportar muchos países en desarrollo del G-20, que vienen reclamando un drástico desarme arancelario.
Para tranquilizar a los países ricos, el G-20 propone que la fórmula sea al mismo tiempo flexible de modo que tenga en cuenta el carácter ''sensitivo'' de ciertos productos, aunque esa ''flexibilidad deberá ser compatible con el mandato de Doha''.
Tal flexibilidad garantizará al mismo tiempo ''un mayor acceso a mercados mediante la combinación de recortes de aranceles'' y ampliación de los actuales contingentes arancelarios para los productos sensitivos, que compensaría una menor reducción de los derechos de aduana.
Para los países desarrollados, la ampliación de contingentes deberá hacerse sobre bases no discriminatorias entre los países: principio conocido en la jerga de la OMC como el de nación más favorecida.
En el caso de los países en desarrollo, los compromisos relativos a la ampliación de los contingentes tendrán en cuenta, sin embargo, sus necesidades específicas de desarrollo rural y seguridad alimentaria.
La fórmula deberá ser además neutral con respecto a las diferentes estructuras arancelarias que aplican los distintos países y exigirá menores sacrificios en materia de apertura de mercados a los países en desarrollo.
El G-20 propone asimismo establecer aranceles máximos, que no podrán ser superados, aunque podrán hacerse algunas excepciones para ''un número limitado de productos y en condiciones que deberán negociarse''.
A los países en desarrollo se les exigirán menores recortes, se les dará plazos más largos para llevarlos a cabo, y se les permitirá además designar una serie de productos especiales, que seguirán gozando de mayores niveles de protección.
Los desarrollados, por su parte, deberán proveer acceso libre de aranceles y de contingentes sobre bases no discriminatorias a un porcentaje determinado de importaciones del mundo en desarrollo, que habrá que negociar.
Los países menos avanzados, en su mayoría africanos, asiáticos o insulares, que forman un grupo especial, estarán exentos de cualquier compromiso de reducción arancelaria, mientras que todas sus exportaciones gozarán de acceso libre de aranceles y de cuotas a los mercados del mundo rico.
El G-20 lo integran actualmente dieciocho países en desarrollo con intereses ofensivos o defensivos en agricultura: Argentina, Bolivia, Chile, China, Cuba, Egipto, Filipinas, la India, Indonesia, México, Nigeria, Pakistán, Paraguay, Suráfrica, Tailandia, Tanzania, Venezuela y Zimbabue.
