Extremadura-Arroz: La Junta pedirá una moratoria sobre la regionalización superficie nacional del arroz

El Gobierno extremeño pedirá al Ministerio de Agricultura una moratoria de la regionalización de la superficie nacional de cultivo de arroz, que ya ha decidido recurrir ante los tribunales, por considerarla ''absolutamente injusta'' al beneficiar a dos comunidades autónomas y perjudicar ''enormemente'' a Extremadura.

Así lo aseguró el consejero de Agricultura, José Luis Quintana, en una entrevista, en la que también afirmó que la anunciada Ley de Modulación de las Ayudas Agrarias carece ya de sentido con la reforma intermedia de la PAC, analizó la posición extremeña sobre la reforma de la OCM del tabaco y coincidió con la postura ministerial sobre el mantenimiento de la actual producción de tomate.

Quintana explicó que, previamente a la moratoria que solicitará al nuevo Gobierno central, la Junta ha pedido por vía judicial la suspensión de la aplicación del acuerdo sobre la regionalización del arroz alcanzado el pasado 1 de diciembre en la Conferencia Sectorial de Agricultura de Zaragoza, donde se concedieron 20.300 hectáreas a Extremadura.

''Si no se suspende, los daños serán irreparables, pues no se podrán en ningún caso restablecer'', aseguró Quintana.

Extremadura siembra actualmente cerca de 25.000 hectáreas, por lo que, de aplicarse la regionalización acordada en Zaragoza, los 2.097 arroceros extremeños tendrán penalizaciones de 3,5 millones de euros por sobrepasar el cupo en torno al 20 por ciento, según datos de las organizaciones profesionales agrarias.

El titular de Agricultura también explicó en la entrevista que la Ley de Modulación de Ayudas Agrarias, incluida en el programa electoral socialista, carece de sentido desde la aprobación de la reforma intermedia de la PAC, que introduce el desacoplamiento de las ayudas.

Precisamente, las diferentes posiciones sobre el desacoplamiento, palabra ''maldita'' para el consejero, de las ayudas constituye uno de los principales caballos de batalla de Extremadura frente a la nueva OCM del tabaco, cuya negociación el Gobierno extremeño ha pedido que se desvincule de la reforma de otros cultivos, como el aceite.

''Con el tabaco y el aceite no queremos cambiar cromos'', explicó el consejero, que aseguró que si se propone un acuerdo que permita el mantenimiento del tabaco, Extremadura lo aceptará, pero advirtió de que si se ofrece un acuerdo ''muy bueno'' para el aceite que conlleve la desaparición del cultivo del tabaco, no se aceptará.

Justificó esta postura de la Junta en que no hay una alternativa agrícola capaz de generar tanta mano de obra directa e indirecta como el tabaco, capacidad en la que, según dijo, reside la gran riqueza de este cultivo que, además, es en el que menos dinero tiene que poner la Unión Europea para crear un puesto de trabajo.

Quintana coincidió con el ministro Miguel Arias Cañete en que se deben retrasar las negociaciones dada la etapa postelectoral de tres de los cinco países productores de tabaco de la UE -España, Francia y Grecia-, al tiempo que se mostró convencido de que los cambios de gobierno producidos permitirán crear ''una nueva Europa''.

Recalcó que Extremadura necesita una Europa unida y legitimar las ayudas comunitarias, pues los fondos europeos son ''imprescindibles'' para la región extremeña, cuyos agricultores deben alejarse de la imagen ''lastimera'' que ofrecen en ocasiones.

En su opinión, se debe transmitir ilusión a los jóvenes para que se incorporen al campo y decir a la sociedad que ''el dinero que llega de Europa se esta devolviendo multiplicado'' al invertirlo en la modernización de las explotaciones, en incrementar la calidad de sus productos y en garantizar la seguridad alimentaria, en lo que ''Extremadura está de moda'', afirmó.

Para Quintana, la rentabilidad de la actividad agraria constituye una razón más que suficiente para incentivar la incorporación de los jóvenes a la agricultura y propiciar el relevo generacional.

También coincidió con Arias Cañete en que la proliferación de plantas transformadoras de tomate en España está modificando las zonas de producción y amenaza la competitividad del sector, así como en que se debe evitar un crecimiento desmesurado.

En opinión de Quinta, el sector del tomate podría resentirse y perder su alta rentabilidad y estabilidad actual, que está marcada por la calidad, industrialización e incremento de las exportaciones, si crece de forma indiscriminada, sobre todo, en Extremadura, donde se producen 1,4 millones de toneladas anuales.