ESPAÑA 09/02/2004
Pocas consecuencias inmediatas esperan los productores de frutas y hortalizas españoles de la ampliación de la Unión Europea, aunque coinciden en que, más adelante, la subida de renta que se prevé en los nuevos miembros comunitarios será beneficiosa para las ventas del sector hortofrutícola.
Esta es la conclusión habitual, dado que los aranceles se eliminaron en los últimos años y el este de Europa es ya terreno conocido para los exportadores españoles; pero la renta per cápita de los diez inminentes miembros comunitarios es sólo el 45 por ciento de la de los Quince y el 53 por ciento de la renta española.
Sin embargo, las Cámaras de Comercio españolas preven que en 2005 esa renta media per cápita se eleve ya hasta el 56 por ciento de la de los Quince, de modo que en unos años será posible no sólo vender más frutas y hortalizas a 75 millones de nuevos consumidores, sino vender a mejores precios y con mayores beneficios.
Sobre todo considerando que no se trata de productores significativos; si se exceptúa la producción de patatas, importante en casi todos ellos, tan sólo Hungría y dos países pequeños e insulares, Malta y Chipre, dedican un porcentaje relevante de sus cultivos a frutas y hortalizas.
Los últimos datos de la Federación Española de Asociaciones de Productores y Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas Vivas (Fepex), referidos al período enero-octubre de 2003, señalan que España vendió en estos países 449.083 toneladas de frutas y hortalizas, el siete por ciento del total de las exportaciones españolas, por valor de unos 250 millones de euros.
Los principales clientes son Polonia y la República Checa, aunque los diez países reciben productos hortofrutícolas españoles; compran sobre todo tomates (más de 70.000 toneladas cada año), pimientos (unas 25.000 toneladas), pepinos (más de 20.000 toneladas) y, por encima de todo, cítricos.
Los datos de Intercitrus indican que las exportaciones de naranjas, mandarinas, limones y pomelos a los futuros miembros comunitarios durante la campaña 2002-2003 alcanzaron las 425.386 toneladas, lo que representa el 60 por ciento de las ventas a países terceros y casi el 13 por ciento de toda la exportación de cítricos.
El presidente de la interprofesional citrícola, Nicolás Belmonte, opina que la ampliación favorece a este sector, en el que España ocupa una posición de dominio, aunque apuntó que ''el mercado con más potencial se encuentra ahora en Rusia y las antiguas repúblicas soviéticas, como Ucrania o Bielorrusia''.
Quienes si contemplan la ampliación con gran esperanza son los freseros onubenses: el presidente de Freshuelva, José Manuel Romero, afirmaba el verano pasado que las 220.000 toneladas de fresa que España produce cada año necesitan nuevos consumidores para ser rentables y que los encontrará en la Europa de 25 estados.
No obstante, se encontrarán un difícil rival en Polonia, que produce unas 160.000 toneladas al año; de hecho, los polacos serán los mayores competidores hortofrutícolas, ya que producen importantes cantidades de zumos (tres millones de toneladas al año de fruta dulce, dos de ellos de manzanas, más una potente industria) o de patatas (15 millones de toneladas anuales).
Pero el verdadero competidor no jugará en el mismo mercado hasta dentro de unos años: Turquía, que todavía no ha empezado a negociar su adhesión, posee un importante potencial de producción hortofrutícola; por ejemplo, en 2003 produjo casi once millones de toneladas de frutas, nueve millones de toneladas de tomates, 5,2 millones de toneladas de patatas o 600.000 toneladas de avellana.
Por ello, la Cámara de Almería (provincia en la que el 90 por ciento de las exportaciones son frutas y hortalizas) recomienda al sector que sondee a este potencial competidor y organice una estrategia adecuada.
Con vista a mayo, reconoce que los nuevos socios, lejanos y relativamente pobres, son una pequeñísima parte de las exportaciones almerienses, ''pero a medio y largo plazo pueden suponer un importante balón de oxígeno, ya que tienen un importante potencial de consumo que crecerá cuando limen diferencial de renta con los Quince''.
Este análisis, que podrían suscribir la mayoría de las regiones y sectores hortofrutícolas españoles, termina de forma concluyente: ''los beneficios esperados superan con mucho a las pérdidas de la ampliación''.