ESPAÑA 22/12/2004
La organización agraria ASAJA auguró una ''pérdida de competitividad'' del sector agrario de Baleares con el modelo de aplicación de la PAC, que además supondrá que los agricultores y ganaderos de Baleares pierdan al año ''más de 1.000 millones de las antiguas pesetas'', unos seis millones de euros.
En un comunicado, la entidad denuncia que el modelo que ''se ha impuesto'' consiste en un acoplamiento máximo de los ayudas: 25 por ciento en herbáceos, 50 por ciento en ovino y la Opción 1 del vacuno, es decir, ''100 por cien de la prima a la vaca nodriza, 40 por ciento de la prima al sacrificio de terneros y 100 por cien de la prima al sacrificio de animales adultos''.
''Esta es la peor decisión de todas las que se podían haber tomado, ya que supone una traba para la necesaria reestructuración de las explotaciones y la orientación de las producciones al mercado, algo absolutamente imprescindible de cara a un futuro que se presenta muy difícil para el sector''.
ASAJA califica de ''intransigente'' la postura de la ministra Elena Espinosa, y del secretario general de este departamento, Fernando Moraleda, que a su juicio optaron por la vía ''antidemocrática'' de la ''imposición de una reforma que se antoja será muy perjudicial para los intereses del campo balear''.
En relación al artículo 69, que recoge la posibilidad de detraer hasta un 10 por ciento de las ayudas para políticas nacionales, ''el MAPA ha aprobado esta opción, dejando para más adelante el debate sobre el porcentaje y las modalidades de aplicación''.
En opinión de ASAJA, esta decisión supone un ''recorte inaceptable'' de las ayudas para financiar medidas políticas, que habrá que añadir a los recortes de la modulación, la Reserva Nacional, los peajes y el recorte limitado que podría aplicarse en años próximos por la disciplina financiera de la UE''.
Por otro lado, la ''ausencia de movilidad de los derechos entre las comunidades autónomas supondrá un agravio comparativo de primer orden entre agricultores de comunidades grandes y pequeñas, ya que en casos como el de Baleares nuestros agricultores tendrá mucha menos capacidad de maniobra para reestructurar sus explotaciones con las reglas de juego de la nueva PAC''.
En definitiva, el modelo aprobado por el Ministerio ''coarta la iniciativa del sector, dificulta la adaptación de nuestras estructuras agrarias a la nueva situación y producirá una pérdida de competitividad del sector agrario'', concluye.
