ESPAÑA 03/06/2003
El presidente de la Asamblea de Regiones Europeas Vitícolas (AREV), Pedro Sanz Alonso, instó a esta organización a pedir a la UE medidas que aumenten la competitividad del sector para hacer frente a los nuevos países productores, que están arrebatando a los vinos europeos sus mercados tradicionales.
Sanz Alonso, reclamó estas medidas en el discurso de apertura de la XI Sesión Plenaria de la AREV, que se celebra en Montpellier (Francia), intervención en la que subrayó la importancia de la reforma de la PAC en el sector vitivinícola.
''Atravesamos momentos de gran trascendencia, ya que nos encontramos inmersos en los debates sobre la reforma de la Política Agraria Comunitaria en los que se están sentando las bases del futuro de toda la agricultura europea y, colateralmente, también de la vitivinicultura europea'', advirtió.
Sanz Alonso, también presidente de La Rioja, afirmó que la futura PAC no puede ser una política agraria monolítica, sino ''solidaria y útil'' y para ello debe incorporar soluciones que la hagan flexible para adaptarse a la diversidad y a las necesidades de ''todas las agriculturas europeas''.
El presidente de la AREV fue muy escueto al resumir estas necesidades: ''competitividad''.
Sanz Alonso dijo que las disposiciones de la OCM tendentes a potenciar la calidad, limitar la producción y reestructurar el viñedo mediante la concesión de ayudas han sido aceptadas por el sector y están empezando a dar buenos resultados, por lo que apostó por su continuidad .
Sin embargo -advirtió- la evolución del mercado mundial del vino es vertiginosa y los nuevos países productores no cesan de conquistar mercados tradicionalmente copados por los vinos europeos, y los denominados Países del Nuevo Mundo continúan organizándose para imponer su concepción ''puramente industrial y economicista a la vitivinicultura''.
''En este nuevo escenario, no basta con afirmar la calidad de nuestros vinos, entre otras razones porque sería injusto negar la calidad de todos los vinos procedentes de estos países'', manifestó el presidente Sanz, sino que, añadió, ''debemos romper con los prejuicios'' e incorporar a ''nuestra limitadora reglamentación'' instrumentos nuevos que mejoren la competitividad de nuestros vinos.
''En definitiva, se trata de compaginar la defensa de nuestra tradición secular en la producción, elaboración y transformación del vino, con la utilización de nuevas técnicas para irrumpir en los mercados en igualdad de condiciones respecto a nuestros competidores'', proclamó.