ESPAÑA 26/06/2003
Los Quince -que desde el 11 de junio tratan de concluir la reforma- reanudan las discusiones tras un intervalo de cuatro días y una vez que, finalizada la cumbre de Salónica (Grecia), queda definitivamente aclarado que serán los ministros agrícolas y no los jefes de Gobierno de la UE quienes decidan sobre la PAC.
El Consejo de Agricultura interrumpió el pasado jueves por segunda vez las duras negociaciones para concluir la llamada revisión ''a medio plazo'' de la política agrícola, ante el rechazo de nueve países -entre ellos España- a una última propuesta de compromiso de la Comisión Europea y de la presidencia de la UE.
Los responsables agrícolas de la UE comenzarán a las 15.00 horas (13.00 horas GMT) los debates, que se basarán precisamente en el texto presentado el jueves, y que constituye el tercer texto de compromiso sobre la propuesta inicial, que Bruselas hizo pública en enero, informaron fuentes de la presidencia.
Habrá también reuniones ''a puerta cerrada'', es decir con la presencia en la sala de los ministros exclusivamente, sin otro representante de la delegación de cada Estado miembro.
En estos momentos, la presidencia contacta telefónicamente con los Estados miembros para acercar posiciones, pero aún no se conoce con exactitud en qué momento se hará pública una cuarta propuesta o si habrá cambios puntuales sobre la última oferta, según las fuentes.
Los puntos más controvertidos de la negociación son, por un lado, la redistribución del dinero obtenido mediante el recorte de las ayudas directas y, por otro, la aplicación de la ''desvinculación'', es decir un sistema de subvenciones desligado de la producción, según el cual se paga por hectárea o por explotación.
Uno de los principios de la reforma es la ''modulación'' -recorte de pagos directos para reforzar las medidas de desarrollo rural- y según las últimas propuestas, en 2005 afectaría a un 3 por ciento de las ayudas, un 4 por ciento en 2006 y un 5 por ciento en 2007.
Sin embargo, el problema es la redistribución de fondos obtenidos mediante este recorte pues los países del sur, como España, quieren que prime la cohesión, es decir que se primen las zonas rurales menos favorecidas.
La Comisión Europea en su última propuesta de compromiso dio un giro a favor de los contribuyentes netos (Alemania, Reino Unido, Suecia, Holanda y Dinamarca) y planteó que un 80 por ciento del dinero obtenido por la modulación quede en el país donde se ha efectuado.
Por otro lado, Bruselas propuso en enero que las ayudas se desvincularan totalmente, idea muy criticada por 11 países, pero en el último texto de compromiso planteó que sea ''parcial'' y que una parte de los apoyos permanezcan condicionados a la siembra o a la cría ganadera.
Concretamente planteó que queden ligadas a la producción un 25 por ciento de las ayudas a herbáceos cereales; un 50 por ciento en ovino y caprino; en vacuno propone o bien mantener totalmente la ayuda a vaca nodriza o que permanezca ligado a la producción un 30 por ciento del apoyo para instaurar un pago por cabeza.
También hay diferencias en las propuestas para reformar el sector de cereales y el lácteo.
Entre los países contrarios a las propuestas de Bruselas, Francia y España han liderado las críticas, durante todo este año de debate.
La Comisión Europea manifestó que no ha querido nunca aislar a ningún país en la reforma'', a pesar de que pueda aprobarse por mayoría cualificada.
Para España, el principal asunto que ''rematar'' según el propio ministro, Miguel Arias Cañete, es el incremento de las ayudas a los frutos secos, pues considera insuficiente el montante propuesto por Bruselas (109 euros por hectárea de ayuda comunitaria, que los países pueden completar hasta llegar a 209 euros).