ESPAÑA 27/09/2002
Después de tres días de reunión, las posiciones entre algunos grandes bloques comerciales son ''muy amplias'', indicaron fuentes diplomáticas.
Uno de los integrantes de la delegación de la Unión Europea indicó que ''las posturas están todavía muy alejadas''.
Las divergencias se centran particularmente en la negociación sobre los niveles y tipos de subsidios que puedan ser considerados en el denominado ''paquete verde'', que en la jerga de la OMC se refiere a aquellas que tienen un impacto mínimo sobre el comercio como son las ayudas en caso de desastre y las dedicadas a la investigación, infraestructura o protección del medio ambiente.
En las reuniones que desde el pasado lunes celebran los países miembros de la OMC, la UE, Suiza, Noruega, Islandia, Japón y Taiwán, así como algunas economías emergentes, pidieron una mayor flexibilidad sobre los criterios del ''paquete verde''.
En cambio el Grupo de Cairns -del que forman parte varios países del Mercosur- y otros Estados partidarios de la eliminación de los subsidios internos reclamaron más control para evitar abusos.
El Grupo de Cairns, del que forman parte Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Sudáfrica y otros países, se mantiene, sin embargo, dividido sobre algunos aspectos de la negociación.
Ese grupo, junto con India y otros países en desarrollo consideraron que algunas de las ayudas que se aplican en base al ''paquete verde'' tienen una incidencia en el mercado, por lo que solicitaron medidas para limitar el uso.
En cambio, los Quince, algunos países de Europea central y oriental, EEUU y Japón insistieron en que la incidencia en el comercio es mínima.
El Grupo de Cairns, EEUU, China, India y otros países abogaron además por una eliminación de las ayudas internas a la agricultura que perjudican al comercio, o por los menos las de los países industrializados.
Esos países, entre los que figuran varios latinoamericanos, reclamaron que esa eliminación afecte a todas aquellas ayudas que superen el techo del 5 por ciento para los Estados industrializados y del 10 por ciento para los países en desarrollo.
Sin embargo, China sugirió la necesidad de una eliminación total de la ayuda interna a la agricultura en los Estados industrializados y el Grupo de Cairns apostó por alargar ese plazo hasta cinco años.
Por su parte EEUU propuso que se reduzca a un 5 por ciento para los países industrializados en un plazo de cinco años y que se negocie una fecha para la total eliminación.
En cambio, la UE y Japón subrayaron que de acuerdo con el mandato de la Ronda de negociaciones comerciales multilaterales lanzada en noviembre pasado en Doha, el compromiso establece una ''reducción sustancial'' y señalaron que una eliminación total sería una medida ''demasiado drástica'', indicaron fuentes diplomáticas.
Por su parte, Noruega propuso que se establezca un sistema que permita reducir las ayudas a los productos para el consumo interno y sobre todo recortar las destinadas a la exportación, para evitar la distorsión del comercio exterior.
Sin embargo, Argentina, Chile y otros países criticaron que ese mecanismo podría entorpecer la competencia con las mercancías importadas e influir negativamente en el acceso a los mercados.
Por último, también hay grandes divergencias entre los países que piden una cierta flexibilidad que permita transferir los subsidios de unos productos a otros para conseguir reducir la medida global de ayuda, frente los que se oponen a esa medida.
