ESPAÑA 13/12/2002
La diputada irlandesa Patricia McKenna (Los Verdes-Ale) criticó, en una pregunta parlamentaria, que desde julio de 2002 se está utilizado dicho insecticida en los campos de zonas citrícolas, situadas la mayoría a una altitud inferior a los 300 metros, ''sin tener en cuenta a otros cultivos ni a las personas que viven allí''.
Entre esas zonas mencionó La Ribera Alta, La Ribera Baja, La Foia de Buñol, La Costera, La Safor, La Canal, L''Horta, El Camp de Morvedre, La Marina y La Plana.
El malathión es un producto que se utiliza para combatir los mosquitos y otros insectos que atacan frutas, verduras, prados y arbustos y según la diputada verde, ''puede provocar dermatitis y problemas de reproducción en los humanos''.
Señaló que en las citadas comarcas, el insecticida se emplea sin considerar otros cultivos como las hortalizas o el arroz o de cítricos muy verdes para atraer los insectos, ni tampoco a los agricultores o a otras personas que se encuentran allí o en el momento en que pasa el avión.
Denunció que los tratamientos se efectúan sobre zonas habitadas, donde hay instalaciones diseminadas, ''directamente expuestas a la aspersión del producto, si están al aire libre o indirectamente, porque están cercanas al lugar de pulverización''.
Las huertas enclavadas en las plantaciones de cítricos también están expuestas a este producto y, en consecuencia, se cosechan ''verduras contaminadas que son cocidas y comercializadas todos los días sin que transcurra un plazo de seguridad'', según la diputada.
McKenna citó también los riesgos para las especies protegidas de esas zonas.
Los Verdes preguntaron a la Comisión Europea si está al corriente de esta pulverización y si tiene previsto tomar medidas para ''preservar la salud de la población y el medio ambiente de la Comunidad Valenciana''.
La comisaria de Medio Ambiente, Margot Wallstrom, respondió a McKenna que el malathión está siendo evaluado, en el marco de la regulación comunitaria que establece una revisión de las sustancias activas empleadas para los fitosanitarios.
Wallstrom afirmó que la Comisión Europea es consciente de los problemas que puede causar la pulverización aérea de fitosanitarios y está estudiando ese método dentro de una estrategia temática para el uso sostenible de esos productos.
En julio de 2002, la Comisión Europea lanzó dicha estrategia, y expresó su intención de proponer una prohibición general de pulverización aérea con excepciones para países donde este método ''tenga ventajas claras y ambientales respecto a otras formas de aplicación'' de fitosanitarios, concluyó Wallstrom.