ESPAÑA 24/10/2002
La presidencia danesa de la UE mantiene de momento la propuesta que la Comisión Europea presentó en enero sobre la entrega de ayudas agrícolas directas a los futuros socios del Este, que será debatida durante la cumbre que comienzan hoy en Bruselas los jefes de Estado y Gobierno comunitarios.
La concesión de ayudas agrícolas a los futuros miembros de la UE se ha convertido en el asunto central para que los Quince puedan cerrar esta semana su oferta financiera a los nuevos socios y pueda cumplirse el calendario de las negociaciones para la adhesión.
Fuentes de la presidencia anunciaron que ''está claro'' que se mantienen los ''cálculos y los parámetros'' previstos por el Ejecutivo comunitario en su estrategia agrícola sobre la ampliación.
Los ministros de Exteriores que prepararon en Luxemburgo los debates de los líderes ni siquiera entraron en el apartado agrícola.
Antes de que los Quince aborden colectivamente la cuestión, el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schroeder, -que encabezan los dos grupos con las posiciones más enfrentadas sobre las ayudas- tienen previsto reunirse a solas para intentar llegar a un acuerdo.
La propuesta presentada en enero por la Comisión Europea tiene como aspecto central la introducción gradual de pagos directos para los candidatos a partir de 2004 y un período transitorio de diez años hasta equiparar las subvenciones entre todos los Estados miembros, antiguos y nuevos.
En una primera fase, las ayudas ascenderían al 25 por ciento de la media comunitaria para el año 2004, al 30 por ciento en 2005 y 35 por ciento en 2006, y desde esa fecha los niveles de subvenciones se irían incrementando hasta igualarse con los antiguos Estados miembros en el año 2013.
Desde enero, este esquema se ha mantenido, aunque la Comisión ha jugado con ajustes técnicos en las cuotas y períodos de referencia para actualizar el proyecto de posición común.
La Comisión Europea rechazó dar el 100% de las ayudas como pedían los candidatos y planteó la introducción progresiva para evitar que una lluvia de subsidios desincentivara la reestructuración agrícola en estos países y para respetar los topes presupuestarios (2000-2006) aprobados en la cumbre de Berlín (1999).
La propuesta del Ejecutivo comunitario suscitó reservas entre los estados miembros que consideran que los nuevos socios no tienen derecho a percibir estas compensaciones, introducidas en el pasado por las reducciones de precios, y que el período previsto (2004-2013) va mucho más allá del actual marco presupuestario.
Fuentes de la presidencia de turno danesa reconocieron, en vísperas de la cumbre, que la discusión sobre las ayudas directas ''ha pasado de ser una discusión agrícola, para convertirse en un tema financiero'', dando a entender que otros capítulos del gasto de la UE podrían discutirse también.
Alemania, Holanda, Reino Unido y Suecia (contribuyentes netos al presupuesto comunitario), son partidarios de ahorrar en agricultura y rechazan dar ayudas a los países candidatos, porque ello dispararía el presupuesto y dificultaría una reforma futura en profundidad de la PAC y consideran que las ayudas no entran dentro de los acuerdos alcanzados en Berlín para financiar la ampliación.
Además, estos países pretenden vincular las negociaciones de la ampliación con la revisión de la Política Agrícola Común (PAC), prevista en principio en 2006, y exigen una reducción de apoyos directos a los agricultores a partir de 2004.
En el lado contrario, Francia, principal beneficiario del presupuesto agrícola de la UE (6.184,5 millones de euros en 2001), lidera el grupo de los países -en el que también figura España- que están a favor de la propuesta de la Comisión Europea y que rechazan una reforma en profundidad de la PAC antes de 2006.
El presidente del Gobierno español, José María Aznar, defenderá que se completen las negociaciones con los países candidatos sin aprobar decisiones que condicionen la futura reforma de la PAC.
Frente a las sospechas de que Alemania utiliza las negociaciones de ampliación para forzar la revisión de la PAC, España considera que deben mantenerse las actuales reglas sobre el reparto de esas ayudas y cree que el marco financiero acordado en Berlín es suficiente para afrontar el coste de la adhesión.
En el Consejo Europeo de Berlín, cuando se aprobó la Agenda 2000 y la última reforma de la PAC, los Quince acordaron una estabilización del gasto agrícola en 40.500 millones de euros anuales (más la inflación).
Ya entonces los mismos países que quieren reducir el gasto agrícola y la Comisión Europea abogaban por recortar el presupuesto para la agricultura.
El comisario de Agricultura, Franz Fischler, está convencido de que la ampliación ''no hará explotar el presupuesto comunitario'', y ha manifestado que la agricultura ''no debe ser el chivo expiatorio'' para complacer a aquellos que quieren ahorrar fondos.