ESPAÑA
México denuncia la contaminación de maíz con OGM en la Conferencia P-7
México denunció en la Conferencia del llamado P-7, integrado por siete países pobres en oposición a los más ricos del G-7, la contaminación genética que provoca el maíz transgénico.
07/12/2001 -
Ana María Ruiz Díaz, coordinadora de la Red de Permacultura de México, que es una red de asentamientos humanos de desarrollo sostenible, explicó que su intervención en este foro se centró en la denuncia de la contaminación de las variedades criollas de maíz mexicano con maíz transgénico de multinacionales como Aventis y Novartis.
La responsable mexicana intervino en la última sesión de esta Conferencia, organizada por el grupo de los Verdes del Parlamento Europeo (PE) y en la que, desde su apertura el pasado martes, también intervinieron representantes de India, Iraq, Malí, Zimbabue, Senegal y Filipinas, además de Cuba, que acude como observador, al igual que lo hace Rusia en el G-7.
Ana María Ruiz participó en la jornada dedicada a la seguridad alimentaria y pronunció un discurso bajo el título de ''La liberalización del comercio y la agricultura local''.
En su intervención, recordó que un estudio científico publicado el pasado 11 de octubre por la revista norteamericana Nature pone de manifiesto que la contaminación con Organismos Genéticamente Modificados (OGM) está cobrando una ''mayor relevancia'' cuando, en el caso de México, ''el Gobierno había negado esa contaminación''.
Su opinión se ha visto ratificada en el documento de conclusiones de esta Conferencia en el que, en su opinión, ''lo más valioso es que se recoge que muchos de los países aquí representados somos centros de origen de plantas importantes para la alimentación''.
Además, dijo, ''se apoya la moratoria de OGM porque no representan ninguna alternativa alimentaria, sino que refuerzan la utilización de plaguicidas'' y se subraya ''la urgencia de ratificar el Protocolo Internacional de Biodiversidad''.
En términos generales y durante toda la Conferencia, los representantes de los países participantes han expresado su rechazo a las decisiones macroeconómicas del mundo desarrollado.
La conocida como Cumbre del P-7 reúne, desde 1997, a representantes de organismos públicos de siete países, -que varían cada año, aunque todos están afectados por la pobreza-, para que expongan sus puntos de vista sobre lo que debe ser un desarrollo equilibrado.