EEUU 07/09/2000
Si al final el Gobierno se decide por trasvasar desde la cabecera del Duero este hecho puede considerarse como catastrófico para el futuro de la economía y el medio rural y el sector agrario de esta región, mientras que desde el tramo final sólo puede considerarse como una entelequia, que solapa su propia inviabilidad económica y de impacto medioambiental...
Ante la presentación pública del nuevo Plan Hidrológico Nacional que plantea la posibilidad de realizar trasvases de agua desde el Duero a otras cuencas, la Unión de Campesinos – COAG se opone a esta idea por considerar que en Castilla y León no sobra agua, sino que se necesitan nuevas infraestructuras que regulen dichos caudales y la puesta en funcionamiento de nuevos regadíos. La propuesta de realizar tomas de aguas desde la cabecera del Duero puede ocasionar graves problemas al sector agrario y al medio rural en general de esta región, mientras que la idea de hacerlo desde su tramo final presenta serios problemas de viabilidad económica y daños medioambientales.
Para esta Organización el mayor acto de solidaridad que puede llevar a cabo esta región con el conjunto del Estado es desarrollar al máximo sus propias potencialidades sociales y económicas, superando las dependencias existentes en la actualidad, dinamizando su economía y evitando la despoblación y precarización del medio rural.
COAG considera que Castilla y León necesita un Plan Hidrológico Nacional que atienda a la creación de infraestructuras hidráulicas (regulación de cauces, modernización de canalizaciones para el ahorro de agua, infraestructuras de depuración y reutilización de aguas, recarga de los acuíferos, disponibilidades para la instalación en el medio rural de industrias, abastecimiento de agua de municipios deficitarios...) así como la modernización y mejora de los aprovechamientos de agua existentes en la actualidad y la puesta en marcha de nuevos regadíos.
La Cuenca del Duero posee un importante potencial hidraulico, pero esto no quiere decir que exista un sobrante de agua, dado que esta es una región en las que las precipitaciones presentan fuertes irregularidades con años en los que la falta de lluvias provocan problemas en los regadíos ya existentes. Esos recursos, en opinión de COAG, deben desarrollarse y aprovecharse al máximo de sus posibilidades para crear riqueza e infraestructura en la propia tierra.. Por tanto, no es que sobre agua, sino que falta un buen aprovechamiento de este preciado recurso.
La Unión de Campesinos – COAG considera vital para el futuro del medio rural de Castilla y León la puesta en marcha en el periodo 2000 – 2008 de 120.000 hectáreas de nuevos regadíos, frente a las apenas 50.000 proyectadas en el Plan Nacional de Regadíos, así como la modernización y mejora de 380.000 has de tierras regables ya existentes y no las 192.000 proyectadas por el Gobierno.
Además, en opinión de esta Organización, es fundamental que se proceda de forma urgente a la recarga de los acuíferos de Castilla y León, especialmente los de Los Arenales y El Páramo de Cuéllar, en la parte central de esta cuenca que se encuentran en una preocupante situación de déficit con el riesgo que esto supone para la economía agraria de los agricultores y municipios afectados.
Para COAG, la solidaridad bien entendida empieza por atender las necesidades de las zonas más desfavorecidas desde el punto de vista económico y social (Castilla y León es región considerada como Objetivo 1), ayudando a desarrollar sus potencialidades y recursos, contribuyendo de esta forma a la mejora de la riqueza general de todo el país.
EL AGUA DEBE SER UN RECURSO AL SERVICIO DE ESTOS OBJETIVOS TRASVASARLA ES TRASVASAR UNA PARTE IMPORTANTE DE LAS ESCASAS POTENCIALES DE ESTA REGIÓN Y POR TANTO HIPOTECAR SU FUTURO.
Por último, desde COAG se exige a todos los Grupos políticos y a la propia Junta de Castilla y León que respeten los acuerdos alcanzados en Fuensaldaña el 5 de julio 1994. Los políticos de esta Comunidad no deben ceder a las presiones políticas, que seguro surgirán, a lo largo de todo el proceso de aprobación del Plan Hidrológico Nacional, en el sentido de permitir el trasvase de agua del Duero al Ebro para tratar de compensar las pérdidas de agua de este último.