La comisión europea reconoce los problemas en la negociación del banano
La Comisión Europea reconoció que la negociación para poner fin al contencioso sobre el banano ''no va bien'', según informó ayer lunes, el secretario de Estado español para la UE, Ramón de Miguel.
El comisario europeo de Comercio, Pascal Lamy, informó al Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE) de los resultados mantenidos en las últimas semanas por el Ejecutivo comunitario con todos los países afectados por el contencioso, incluido Estados Unidos.
Lamy destacó que la Comisión se ha puesto como fecha límite el 9 de octubre para informar a los Quince del resultado final de las negociaciones en torno a un nuevo sistema de importación en la UE basado en la fórmula del ''primer llegado, primer servido''.
De Miguel explicó que los problemas que están surgiendo se deben a que ''el mercado europeo provoca apetitos desordenados entre los operadores de banano por el gran margen que tiene''.
Los operadores ''no sólo quieren entrar en el mercado europeo sino también aumentar su cuota'', ya que el márgen de beneficios en Europa ''se triplica o cuatriplica'', en comparación con otros mercados, añadió.
El Consejo de Ministros trató el asunto del banano a petición de Alemania y Austria, a pesar de que la Comisión no quería abordar ayer el problema, ya que todavía no ha terminado un informe que está elaborando sobre el desarrollo de las negociaciones.
Los Gobiernos alemán y austriaco insistieron en la necesidad de resolver lo antes posible el contencioso, pero España prefirió no intervenir para evitar ''calentar el patio antes de tiempo'', según De Miguel.
El secretario de Estado indicó que España ''sabe que es posible encontrar una solución'' que permita mantener el régimen de contingentes de importación.
El sistema del ''primer llegado, primer servido'' no satisface ni a los países latinoamericanos productores de banano, con Ecuador a la cabeza, ni a Estados Unidos.
La Comisión, sin embargo, defiende que ese régimen de reparto de los contingentes sería compatible con las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que denunció el sistema comunitario en vigor.
La aplicación de esa fórmula pondría, por lo tanto, fin a las fuertes sanciones comerciales introducidos por Washington contra la UE, con el beneplácito del organismo internacional.