ESPAÑA 04/08/2000
La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Castilla y León ha pedido a la Consejería de Agricultura que los agricultores a título principal reciban una atención especial en la futura orden que regulará las ayudas agroambientales para el girasol, cultivo fundamental para muchas comarcas de la comunidad autónoma.
Hoy viernes el consejero de Agricultura ha convocado a las organizaciones profesionales agrarias para debatir el contenido de esta orden, prácticamente perfilada, y que será publicada de manera inmediata al real decreto nacional correspondiente. Previsiblemente será también hoy, en el último Consejo de Ministros antes de las vacaciones de agosto, cuando esta normativa nacional tenga vía libre para su aprobación y publicación en el Boletín Oficial del Estado, aunque estará supeditada a que finalmente en Bruselas se apruebe este plan agroambiental.
ASAJA recuerda que es competencia de la Administración autonómica determinar la modulación de la ayuda por hectárea que recibiría el girasol, que oscilaría entre las 10.000 y las 6.000 pesetas por hectárea. Por este motivo, la OPA reclama “una atención especial para el verdadero profesional de la agricultura, quien debe recibir la ayuda en su totalidad, 10.000 pesetas”, apunta. Para el resto de los casos, la organización sugiere una modulación similar a la seguida en el programa de agricultura extensiva, en el que el apoyo decrece cuanto mayor es la explotación.
No obstante, ASAJA alerta sobre el carácter “anestésico” de esta subvención, ya que no podrá compensar las cuantías decrecientes de las ayudas PAC a las oleaginosas, que se equipararán a las de los cereales una vez expire el periodo transitorio de la Agenda 2000, en la campaña 2002-2003. En ese momento, la siembra de girasol será claramente deficitaria para los productores, más teniendo en cuenta la agresiva entrada de productos sustitutivos como la soja procedentes de mercados internacionales.
En principio, la idea de la Administración es que los cultivadores puedan presentar sus solicitudes para optar a esta ayuda hasta el 15 de septiembre. Al tratarse de un programa agroambiental, el productor estará obligado a llevar un plan anual de cultivos y un cuaderno de registro o de campo en el que aparezcan todas las incidencias de las hectáreas, que estarán comprometidas por un periodo de 5 años. Entre otras, el plan marcará condiciones de cultivo como el uso de semilla certificada, la rotación de tierras, la no quema de rastrojo de cereal anterior o el picado de la caña de girasol.
Respecto a esta campaña, y a pesar de que en el contexto de la Unión Europea las superficies se han reducido, en Castilla y León el número de hectáreas es mayor que el de 1999, un fenómeno algo sorprendente si se tiene en cuenta que el programa agroambiental ha estado muchos meses pendiente de un hilo. Sin embargo, las excesivas lluvias de esta campaña, que impidieron realizar siembras de invierno, han obligado a muchos agricultores a optar por el girasol en primavera. A pesar del relativo avance de superficie este año, la tendencia de las últimas campañas es claramente negativa para el girasol.
Según las estimaciones de ASAJA, esta campaña habría en Castilla y León cerca de 170.000 hectáreas de girasol, cuando las registradas en 1999 fueron 156.758. En el año 1993 se sembró la mayor superficie de esta oleaginosa, un total de 503.561 hectáreas. Desde entonces, la caída estadística ha sido importante: 215.638 hectáreas en 1995; 192.595 en 1997; 209.945 en el año 1998 y 156.758 en 1999, en el que se alcanzó el mínimo de siembra de las últimas campañas.