ESPAÑA 08/08/2000
Castilla y León cuenta con 544.499 hectáreas de regadío, que representan cerca del 6 por ciento de la extensión de esta Comunidad Autónoma y el 10,48 de la superficie agraria útil regional, según un informe elaborado por el director general de Desarrollo Rural, Edmundo Bayón.
Esa superficie de regadío corresponde a las cuencas del Duero (con 502.615 hectáreas), Tajo (25.079), Norte (12.626) y Ebro (4.179), a tenor de los datos extraídos hoy por Efe del informe de este responsable de la Consejería de Agricultura.
El análisis del director general sobre ''Estrategia de los riegos en Castilla y León'' forma parte de la reciente publicación ''El riego de la remolacha en Castilla y León'', que edita Caja Duero con trabajos recopilados por la Asociación de Investigación para la Mejora del Cultivo de la Remolacha Azucarera (Aimcra).
Los regadíos de la Comunidad necesitan anualmente unos 3.600 hectómetros cúbicos de agua, de ellos 3.380 en la cuenca del Duero.
La media de toda España de superficie regable es de un 15 por ciento, con lo que Castilla y León, con ese 10,48 por ciento, sólo supera a Castilla-La Mancha, con un 8,88 por ciento.
El regadío permanente representa unas 444.362 hectáreas, de ellas 317.552 abastecidas con aguas superficiales y 126.810 con subterráneas, mientras que el eventual corresponde a cerca de 100.139 hectáreas, 64.512 con agua superficial y 35.627 subterránea.
''Más del 50 por ciento de los regadíos de la Comunidad existen gracias al esfuerzo inversor del propio agricultor'', indica el informe, ya que sólo 263 hectáreas son de zonas regables de iniciativa pública y el resto es privada.
Las 745 comunidades de regantes de Castilla y León se encargan de cerca de 65.000 hectáreas, según esta publicación.
La mayor parte de las hectáreas, unas 295.000, cuentan con un sistema de riego de pie, 184.000 por aspersión, 22.000 con pivot y sólo unas mil con goteo.