ESPAÑA 07/12/2000
Ese cálculo, no obstante, no tiene en cuenta el dinero que deberán pagar, por su parte, los Estados miembros, que correrán a cargo de parte de los costes.
Del dinero que financiará la UE, 875 millones de euros irán destinados a la destrucción y, en parte al almacenamiento, de unas 625.000 toneladas de carne procedentes de animales mayores de 30 meses de edad que no hayan sido sometidas al test de detección de la enfermedad de las ''vacas locas''.
El 70 por ciento de las indemnizaciones que recibirán los ganaderos por la destrucción será financiado por la UE y el 30 por ciento restante, por los Estados miembros, que también tendrán que pagar la eliminación física de las reses.
Fuentes comunitarias precisaron, no obstante, que la estimación de los 875 millones de euros se ha realizado en el supuesto de que el consumo no caiga más de una media del 10 por ciento a nivel europeo.
El cálculo final dependerá también del número de ganaderos que se acoja a la destrucción de la carne, ya que algunos ganaderos podrían esperar a la puesta en marcha de los test de detección de la enfermedad de las ''vacas locas'' a los animales mayores de 30 meses, que serán obligatorios a partir del primero de julio, aunque esa fecha podría ser adelantada.
Los 1.045 millones de euros incluyen asmismo 60 millones de euros destinados a la realización de los test y otros 60 millones para ayudas destinadas a financiar el almacenamiento privado de la carne acordado recientemente.
Por otra parte, 50 millones de euros restantes son el coste que supondrá el incremento de las ayudas a la exportación, medida que fue aprobada hace unos días por la Comisión Europea.
La estimación del Ejecutivo comunitario entra dentro del margen de 1.250 millones de euros existente en el presupuesto de la UE, según las perspectivas financieras decididas en el marco de la Agenda 2000.
El comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler, advirtió, no obstante, a los Quince de que en el caso de que el consumo caiga más del 10 por ciento previsto, podrían no salir las cuentas.
Los ministros decidieron también prohibir las harinas animales en la alimentación del ganado, lo que tendrá un coste para las industrias de unas 800.000 millones de pesetas, que no será sufragado por las arcas comunitarias.
Los Estados miembros pidieron, por otra parte, a la Comisión Europea que estudie la posibilidad de incentivar la producción de plantas ricas en proteínas (como las habas, los haboncillos, las vezas, los yeros, las lentejas, los garbanzos y los guisantes secos) para ser utilizadas como sustitutivos de las harinas de carne.
Esa medida también implicará un coste añadido para el presupuesto de la UE, indicaron fuentes comunitarias.
Bruselas analizará, por otra parte, la posibilidad de modificar el barbecho obligatorio de cultivos herbáceos.