ESPAÑA 17/11/2000
El consejero de Agricultura, Alejandro Alonso, advirtió ayer que el sector agrario se enfrenta a corto plazo a un nuevo ciclo marcado por la ''preocupación e incertidumbre'' derivado de la apertura de fronteras, la ampliación de la UE y la inseguridad alimentaria.
El titular de Agricultura presentó un futuro incierto para el sector frente a la buena etapa vivida durante los últimos quince años durante el acto de inauguración del VIII Congreso Nacional de Derecho Agrario organizado en el campus universitario de Toledo por la Universidad Regional.
Frente al inquieto panorama que se avecina, Alonso destacó los avances y los buenos resultados de la agricultura y ganadería regional en los últimos quince años, desde el ingreso de España en la UE en 1986 hasta ahora.
En dicho periodo, dijo Alonso ante estudiantes y profesores, en Castilla-La Mancha ''hemos sido capaces de producir más y mejor'' a pesar de que la población activa en el sector primario (agricultura y ganadería) se ha reducido desde 1986 en más de la mitad, al pasar del 26,6 por ciento al 11 por ciento actual.
Además, en este periodo, la renta por ocupado en la región ha pasado a ser de 4,8 millones de pesetas anuales, al multiplicarse por más de cinco en los últimos quince años, en gran parte debido a las subvenciones y ayudas de la PAC, pues entre el 35 y el 40 por ciento de los ingresos agrarios proceden de las ayudas comunitarias.
Pero, esta situación está a punto de acabarse, pues ''cada vez son más fuertes las voces que anuncian una nueva reforma en profundidad para el año 2003, antes de que termine el periodo de aplicación de la Agenda 2000, vigente hasta el 2006.
Las nuevas reformas -precisó- vendrán marcadas por condicionantes no estrictamente agrarios, aunque influirán en el sector, como son la ampliación de la UE a países del Este de Europa, que ejercerán una fuerte competencia.
El nuevo ciclo vendrá también condicionado por un nuevo marco de financiación más estricto en la UE, en el que la agricultura puede perder peso y la reducción del gasto puede perjudicar al sector en la región.
Otra de las cuestiones que pesarán negativamente en el sector es la presión que sobre los estados de la UE tendrá la Organización Mundial del Comercio, para liberalizar más los mercados y con una reducción de ayudas a la exportación.
Ante este panorama, el consejero se preguntó si ante un futuro con menos ayudas, menos barreras y mayor competencia seremos capaces de mantener un sector que para la región es el principal elemento vertebrador social y fuente de riqueza, además de referente cultural.
En este sentido recordó que el 70 por ciento de la población regional vive en núcleos rurales dependientes de la agricultura y la industria agroalimentaria.
''El ciclo vivido en los últimos años está tocando a su fin y debemos ser inteligentes y estar prepararnos para esa nueva etapa'', dijo Alonso, quien precisó que el futuro será menos incierto cuanto más seamos capaces de garantizar el empleo y la actividad en el sector agrario.
Para ello hará falta -dijo- reivindicar el papel de la agricultura no solo desde el punto de vista económico, sino como referente vertebrador de la región.
Pero, no será suficiente -manifestó- defender y reivindicar una nueva política agraria europea, sino que también será necesario que haya una política agraria española para garantizar el futuro del sector.