ESPAÑA 11/10/2000
El sector productor e industrial de vino, reunido hoy en Barcelona para analizar el futuro del vino europeo, reconoce la falta de una estrategia conjunta para afrontar la ''globalización'' y recuperar la pérdida de mercado de estos caldos frente a las producciones de países productores emergentes.
La Federación Española del Vino (FEV) convocó hoy a los productores y elaboradores españoles para emprender una colaboración conjunta, fallida en otras ocasiones, y alcanzar puntos mínimos de consenso ante un mercado cada vez más ''mundializado'' en el que compiten con fuerza otros países productores del Hemisferio Sur.
A dicho encuentro también asistió una representación del sector vitivinícola en el ámbito comunitario como el representante del COPA-COGECA (organizaciones y cooperativas agrarias europeas), Joel Castany, así como la responsable del Comité de Vinos (asociación de federaciones comunitarias de vinos a las que pertenecen las bodegas), Marion Wolfers, además de portavoces de Francia, Italia y Portugal.
La reunión proseguirá esta tarde para intentar extraer conclusiones con el fin de emprender acciones para defender el modelo europeo del vino basado en la cultura, el origen y una forma de elaboración con tradición, sistema que se practica sobre todo en las regiones del sur de Europa.
El presidente de la FEV, José Luis Bonet, reconoció que a pesar de que en anteriores encuentros entre viticultores y bodegueros hubo ''recelos'' que impedían acercar posturas ante la falta de diálogo, este ''escepticismo'' no debe frenar el ''impulso por entendernos'' y aseguró que ''esta reunión es un primer paso''.
Los responsables del sector vitivinícola de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA), Fernando Villena, y de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Félix Báguena, reclamaron solucionar primero el problema del vino en España y alcanzar acuerdos en el ámbito nacional antes de pasar al comunitario.
Bonet insistió en la necesidad de un ''diálogo'' fluido entre los agentes implicados en el sector vitivinícola, ''la unión hace la fuerza'', ya que si ''buscamos los puntos mínimos comunes'', se puede llegar a un ''consenso'' para trabajar conjuntamente en el marco de la política europea y exponer en Bruselas los planteamientos del sector.
Respecto a la liberalización de plantaciones de viñedo no hay acuerdo posible entre viticultores, que advierten que aún estando regulado existen excedentes de vino sin salida comercial, y bodegueros, que consideran el ''corsé'' normativo como un impedimento para el crecimiento de las empresas.
No obstante, coincidieron en señalar que frente a la ingente entrada de vino procedente de Australia, Chile, Argentina o Estados Unidos, a precios más competitivos, hay que plantear ''alianzas'' entre productores e industria y ''huir'' del mimetismo, de las formas de producción de estos países, con vinos ''homogéneos''.
Castany aseguró que la fórmula no está en bajar los precios, ni en liberalizar las normas, en referencia a algunas restricciones recogidas en la Organización Común de Mercado (OCM) del vino, porque ''una sociedad sin reglas, desaparece'', sino que el reto del vino europeo pasa por el respeto al origen del producto y el modo de elaboración diferenciado.
El gerente de la Asociación de Bodegas Artesanales de Rioja (ARBOR), Rafael del Rey, defendió que no se tenga sólo en cuenta el origen del vino, ''muy importante'', para no perder de vista la marca, el tamaño de la bodega y la utilización de determinadas variedades, como factores no excluyentes, y que hay que interrelacionar para hacer más competitivo un producto.
Recalcó que hay que ''iniciar una reflexión'' sobre el posicionamiento del vino comunitario si se tienen en cuenta datos objetivos que demuestran la pérdida de cuota de mercado de Europa -antes con una posición privilegiada en el comercio-, con gran tradición vitivinícola, frente a países que prácticamente acaban de irrumpir en el comercio del vino.
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