El pH
El control del pH es muy importante
en la elaboración de los productos alimentarios, tanto como
indicador de las condiciones higiénicas como para el control
de los procesos de transformación. El pH, como la temperatura
y la humedad, son importantes para la conservación de los
alimentos. De ahí que generalmente, disminuyendo el valor
de pH de un producto, aumente el período de conservación.
Por ejemplo, el tratamiento de alimentos en una atmósfera
modificada con pH inferior a 4,6 puede inhibir la multiplicación
de agentes patógenos como el "Clostridium botulinum".
Carnes y embutidos
El pH es un indicador importante de las condiciones de salud y alimentaras
del animal en el momento del sacrificio. Los valores típicos
deberían rotar entre pH 5.4 y 7.0, y son indicativos de una
conservación correcta de la carne.
Con el pasar del tiempo, el valor del pH tiende a disminuir. Además,
es indicativo del grado de dureza de la carne cortada, debido a
que el proceso de acidificación es diverso en los distintos
cortes de carne. Valores elevados de pH caracterizan una carne más
oscura, menos sabrosa y de menor valor en el mercado.
Ya que estos productos se conservan en ambientes refrigerados, la
medida del pH permite controlar que no haya contaminaciones debidas
a pérdidas de amoníaco en los circuitos refrigerados.
Bebidas
El pH es un factor importante en la producción de todos los
tipos de bebidas. Incluso pequeños cambios del Ph en las
aguas minerales pueden indicar una contaminación de las fuentes
o de los estratos naturales.
Para la calidad de las bebidas es importante controlar el pH tanto
del agua como de los jarabes y zumos. El pH juega un papel crucial
en la producción de la cerveza () y debe ser controlado regularmente
en las diferentes fases de su elaboración, con el fin garantizar
un producto con buenos estándares cualitativos. Por ejemplo,
el valor pH de algunos ingredientes debe ser controlado para crear
condiciones favorables a la fermentación. El pH del vino
varía normalmente de 2.8 a 3.8. Su control es muy importante
en las diversas fases del proceso productivo, como la fermentación
y l a conservación. Con un pH superior a 3.5, algunas bacterias
pueden atacar el vino. Incluso el sabor depende en gran medida del
pH: por ejemplo, los vinos secos se convierten generalmente en ácidos.
En el embotellamiento de algunos tipos de bebidas alcohólicas
como el brandy, las botellas se enjuagan con el mismo producto.
La solución de lavado se recupera y su pH va controlado con
el fin que se pueda reutilizar en sucesivos ciclos.
Leche y derivados
El pH de la leche debe ser controlado desde el momento de la recolección
hasta la entrega del producto, ya que es un indicador válido
de sus condiciones higiénicas. El valor normal está
en torno a 6.8. Valores inferiores a pH 6.8 pueden indicar una infección
en el animal, que puede ser grave si el pH es inferior a 4.4.
El control del pH puede determinar la presencia de una contaminación
de amoníaco debida a pérdidas en las instalaciones
de refrigeración.
La leche usada para la producción de quesos debe ser de óptima
calidad y su pH puede variar de 6.1 y 6.5, según el tipo
de queso que se debe obtener. El pH también se controla durante
la elaboración y maduración de los quesos. Valores
de pH comprendidos entre 4.1 y 5.3 garantizan una ralentización
del crecimiento de los agentes patógenos en los quesos frescos.
Asimismo, el control del pH es muy importante durante las diferentes
fases de elaboración de la mantequilla. Por ejemplo, la nata
se enfría tras la pasteurización o a un valor que
debe ser muy preciso. El valor del producto terminado debe ser de
pH 5 aproximadamente, que en algunas condiciones puede necesitar
aditivos. Un valor entre 4.5 y 6.4 del producto terminado garantiza
una mayor conservación.
En la preparación del yogur, la refrigeración que
sigue a la incubación de los fermentos, puede comenzar sólo
cuando el valor del pH ha alcanzado valores de alrededor 4.4-4.6.
La fruta agregada al yogur debe tener el mismo valor de pH para
evitar reacciones no deseadas. Un producto final óptimo debería
tener un pH de alrededor de 4.0-4.4 para que pueda ser conservado
por más tiempo.
Pan y pasta
El pan se conserva más tiempo si su valor pH está
comprendido entre 4.0 y 5.8. Las pastas al huevo deben tener un
pH ácido para evitar la reproducción de microorganismos
patógenos.
Mayonesa y salsas
Para garantizar la seguridad higiénica de salsas a base de
mayonesa, éstas de acidifican agregando el vinagre o el jugo
de limón, prologando en este modo el periodo de conservación
de los productos.
Mermeladas, jarabes y caramelizados
El pH del producto terminado influye en el tiempo de conservación
de este tipo de alimentos. Para las mermeladas y los jarabes debería
ser en torno a pH 3.5 y para los caramelizados entre pH 4.5 y 5.0.
Mariscos
Durante la estabulación de moluscos como las conchas y las
almejas, el pH es un indicador del correcto desarrollo de este procedimiento
de depuración.
Fruta y verdura
UN valor pH entre 2.5 y 5.5 prolonga la conservación de la
fruta fresca e inhibe la reproducción de microorganismos.
Lo mismo ocurre con la verdura en un intervalo entre 4.6 y 6.4 pH.
Alimentos cocinados
Un valor pH 4.5 es la forma más sencilla de garantizar la
estabilidad del producto.
El agua en la elaboración de los alimentos
Controla el pH del agua usada en las elaboraciones alimentarias
es un modo simple y rápido para garantizar una mejor calidad
del producto final. Esto es debido a que ele agua de la red municipal
o aguas subterráneas tienen propiedades que varían
considerablemente en el tiempo y que deben por lo tanto ser controladas
con regularidad.
Esterilización de las maquinarias
Algunos entes normativos recomiendan valores particulares de pH
para las soluciones detergentes que se han de usar.
Por ejemplo, el pH de los detergentes a base de cloro debería
ser de de pH 8 a 10 mientras que aquéllos a base de yodo
deberían tener un pH 5 o inferior.
Rangos de pH óptimo para distintos cultivos
Acelga 6.0-7.5
Albaricoque 6.0-6.8
Alfalfa 6.5-7.8
Algodón 5.0-6.2
Almendro 6.0-6.8
Apio 6.1-7.4
Arroz 5.0-6.5
Avellano 6.0-7.0
Avena 5.2-7.1
Batatas 5.3-6.5
Berenjena 5.4-6.0
Boniato 5.1-6.0
Bróculi 6.0-7.2
Cacahuete 5.3-6.5
Café 5.0-7.0
Calabaza 5.6-6.8
Caña de azúcar 6.0-7.8
Cáñamo 6.2-7.2
Castaño 5.0-6.5
Cebada 6.4-7.8
Cebolla 6.0-7.2
Centeno 5.3-6.8
Col 6.0-7.5
Col de Bruselas 5.7-7.2 |
Coliflor 6.0-7.2
Colza 5.8-7.1
Dáctilo 5.6-7.2
Escarola 5.6-6.8
Espárrago 6.3-7.5
Espinaca 6.3-7.1
Fresa 5.0-6.2
Girasol 6.0-7.2
Grosellero 6.0-7.0
Guisantes 5.9-7.3
Habas 7.4-8.1
Judías 5.8-6.8
Lechugas 5.8-7.2
Lenteja 5.0-7.0
Limonero 6.0-7.5
Lino 5.5-7.5
Maíz 5.5-7.5
Maíz dulce 5.6-6.8
Manzano 5.3-6.7
Melocotonero 5.3-6.8
Melón 5.7-7.2
Membrillero 5.5-7.2
Mijo 5.1-6.8
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Mostaza 6.0-8.0
Nabo 5.7-6.7
Naranjo 6.0-7.5
Olivo 6.0-7.8
Patatas 5.0-5.8
Pepino 5.7-7.2
Peral 5.6-7.2
Pimiento 6.3-7.8
Platanera 6.0-7.5
Pomelo 6.0-7.5
Rábano 6.1-7.4
Remolacha 6.0-7.6
Soja 6.1-7.2
Sorgo 5.8-7.5
Tabaco 5.5-7.3
Tomate 5.8-7.2
Trébol blanco 5.5-7.0
Trébol híbrido 5.2-7.8
Trébol rojo 5.5-7.0
Trébol violeta 6.0-7.5
Trigo 5.5-7.2
Vid 5.3-6.7
Zanahoria 5.7-7.0
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Tienda
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