SITUACIÓN ACTUAL DE LA PLASTICULTURA EN ARGENTINA Resumen.
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1. INTRODUCCIÓN.
La Argentina, tiene una superficie aproximada, de 2.791.810 km2, y se ubica entre los 22º y 56º de Latitud Sur. Su eje mayor, tiene sentido Norte y Sur, mostrando el territorio argentino, una gran magnitud longitudinal, lo que le confiere una gran diversidad climática, que abarca, desde los climas fríos del Sur, hasta los tropicales de las regiones: Chaqueña, Tucumán-Oranense y Misionera (al Norte del País).
A pesar de su ubicación en el extremo Austral de América del Sur, las llanuras pampeanas no se cubren de nieve durante el invierno, lo que permite practicar una agricultura permanente a lo largo del año.
En la escala general, la Argentina cae dentro de la zona subtropical templada, lo que permite que en todas las provincias del país, existan cultivos protegidos.
El gran desafío de la plasticultura en Argentina, es generar información, a través de la investigación aplicada y la experimentación adaptativa, para generar un paquete tecnológico importante, disponible para los productores.
2. USO DE LOS PLÁSTICOS EN LA AGRICULTURA.
La utilización de los plásticos en la producción agrícola, tiene como principales usos, los siguientes usos:
• Invernaderos.
• Túneles.
• Mulching o Acolchado.
• Materiales de Cobertura.
• Solarización o Desinfección de Suelos.
• Geomembranas.
• Mallas y Redes.
• Mantas Flotantes.
• Sistemas de Riego.
• Envasado de Productos Frutihortícolas Frescos.
• Mantas para Protección y Conservación de Forrajes.
• Bolsas Plásticas para la Conservación de Granos y Forrajes.
2.1. Invernaderos.
En los últimos años, se manifiesta un avance en la superficie de cultivos bajo cubierta, totalizando 4.000 ha de invernaderos en la República Argentina.
Las hortalizas, ocupan el 80% de la superficie cultivada bajo cubierta (3.300 ha), y la floricultura, el 20% restante ( 700 ha). Con un consumo aproximado de 2.452 t de materia prima, ( PEBD, EVA, etc.) por año.
En general, las estructuras son de madera, las estructuras parabólicas de metal, son menos frecuentes, y se limitan a la producción de plantas ornamentales, flores de corte y plantines.
Como comenté anteriormente, en todas las provincias del país, existen cultivos protegidos, y se destacan las siguientes zonas de concentración, de características particulares.
2.1.1. La provincia de Buenos Aires.
Lidera la producción bajo cubierta de hortalizas, flores, viveros y aromáticas, con una superficie cubierta de 2.600 ha.
La podemos dividir en tres zonas importantes:
• El Gran Buenos Aires, al Oeste y Noroeste de la Capital Federal, con un 10% de la superficie cubierta (250 ha).
• En los alrededores de la ciudad de Mar del Plata, al Sudeste provincial, con un 15% de la superficie cubierta (400 ha).
• El Gran La Plata, al Sudeste de la Capital Federal, con un 75% de la superficie cubierta (1.950 ha). Esta última zona, es la de mayor crecimiento en los últimos años, por la importante influencia de la demanda que representa el área metropolitana.
En la provincia de Buenos Aires, como en el resto del país, predominan las estructuras de madera, del tipo capilla simétrica, con o sin abertura cenital. Las estructuras son individuales o módulos que se unen formando dimensiones variables.
En muy baja proporción, podemos encontrar establecimientos que cuentan con estructuras metálicas de diferente nivel tecnológico (especialmente para floricultura).
Los principales cultivos son: tomate, pimiento, apio, lechuga, espinaca, etc.
Entre las flores, se destacan el crisantemo, el clavel y las rosas. En menor proporción, las plantas de maceta, los árboles y arbustos.
En parte de la superficie, se utiliza el mulching negro; y el riego por goteo ha tenido una evolución muy importante, ocupando el 100% de la superficie protegida.
.2.1.2. La provincia de Corrientes.
Existen alrededor de 700 ha con invernaderos y las condiciones ambientales y de suelo, de la provincia, con inviernos cortos y suaves, la convierten en una de las regiones del país con mayor aptitud y menor riesgo para el desarrollo de la horticultura protegida.
Los invernaderos, están ubicados en su mayoría en la costa del río Paraná, en las localidades de Bella Vista, Lavalle y Goya, a moderadas distancias de los mercados.
Pero, uno de los problemas principales, es la eliminación de las altas temperaturas, durante los meses de primavera y otoño, y además es muy dificultoso el cultivo en los meses de verano.
La mayoría de las estructuras de los invernaderos son de madera, y se destacan: las de arco rebajado, diente de sierra, a dos aguas, con ventilación cenital y estructuras parabólicas, con arcos de caño galvanizado.
El 60% de la superficie, es cultivada con tomate, y el resto principalmente con pimiento. En seis meses de producción, se obtienen más de 150 t·ha-1. de tomate. El riego por goteo, ocupa el 100% de la superficie protegida.
2.1.3. Las provincias de Salta y Jujuy.
Esta región de producción, está ubicada al Norte del país, con una superficie estimada de 450 ha bajo cubierta. Comprende las localidades de Güemes, Perico, Colonia Santa Rosa, Orán, Embarcación y Apolinario Saravia.
Es una región subtropical, de inviernos suaves y secos, pero con veranos de lluvias muy intensas, calurosos y húmedos, con una baja frecuencia de heladas.
La estructura predominante, es del tipo parral modificado de madera, presentando una mayor altura que los anteriores, y con pendientes mayores para el escurrimiento más eficiente del agua de lluvia. En los últimos años, también se construyeron estructuras tipo capilla, con abertura cenital.
También en los últimos años, se desarrollaron en la zona de Apolinario Saravia, Salta, los cultivos del tipo tapaderas (no invernaderos), pero, son tapaderas de estructuras fijas.
En buena parte de los invernaderos, y como técnica adicional de protección de los cultivos, se utiliza la mediasombra, de tipo negra del 35% de sombrero, para alargar la producción de calidad y disminuir el impacto, de la alta radiación solar.
En toda la zona de producción, hay buena aplicación tecnológica (abertura cenital, semillas híbridas, riego por goteo, acolchado de suelos, solarización, etc.).
A campo, se produce, un importante superficie de tomate, zapallito de tronco, berenjena y chaucha, en la que se utiliza el acolchado de suelos, de color negro, junto con el riego por goteo.
El principal cultivo bajo cubierta, es el pimiento (59%), le sigue el tomate (33%), y otros cultivos (8%). Los rindes de tomate en invernadero, estarían entre 120 y 150 toneladas por hectárea, el pimiento, rinde un promedio de 80 toneladas por hectárea.
2.1.4. Resto del país.
Incluye las provincias de Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza, etc., y es de 350 ha con estructuras en gran parte, tipo capilla, y nivel tecnológico variado.
2.2. Túneles.
El cultivo de semiforzado, con la protección de pequeños túneles (túneles bajos, de 60 a 80 cm. de altura) y macrotúneles (túneles altos, de más de 1 m. de altura), representan una porción importante, dentro del uso de las películas plásticas.
Los soportes son de varillas de mimbre, álamo o alambre. El material de cobertura, es, en general, polietileno cristal de baja densidad, de 50 o 100 micrones de espesor; hoy también se utilizan películas ultralivianas (25 micrones) y se está generalizando el uso de películas térmicas.
Los túneles se utilizan en el semiforzado de tomate, frutilla, pepino, zapallito, melón, lechuga, tabaco, etc.
2.3. Mulching o acolchado.
Esta técnica, ocupa una superficie de 5.000 hectáreas en la República Argentina. El acolchado en su totalidad, es opaco/negro y se utiliza, al aire libre, asociado con túneles o bajo invernaderos.
El crecimiento de esta técnica se debe a la difusión de las películas ultralivianas, de entre 20 a 25 micrones de espesor. Que tienen una altísima resistencia mecánica y permiten su colocación mecánica.
Se utilizan principalmente en los cultivos de tomate, pimiento, frutilla, melón y arándano, etc.
2.4. Materiales de cobertura.
En la Argentina, es común encontrar zonas con niveles de radiación superior a los 150 Kly (kcal·cm-2·año-1). En consecuencia, nuestras películas para invernaderos, están aditivadas fuertemente con absorbedores – estabilizadores a las radiaciones U.V.
Además, son del tipo térmico- difusor (con carga mineral), de buena elasticidad (con contenidos de copolímeros EVA), y duración, así como transmisión de luz.
En general, utilizan películas coextrudadas para la cobertura de los invernaderos, pero también se comercializan películas monocapas.
También se utilizan películas antigoteo, anti-polvo y materiales que ofrecen una mayor resistencia a los agroquímicos. Los espesores más comunes de las películas de polietileno, son de 100 y 150 micrones, y se fabrican hasta 14 metros de ancho.
En los últimos años, la industria plástica argentina, incorporó modernos equipos de extrusión, que le permiten fabricar películas plásticas de alta calidad.
2.5. Solarización o desinfección de suelos.
El empleo de energía solar o solarización para la desinfección de suelos, es un sistema de, cada vez, mayor difusión en la producción de hortalizas bajo cubierta, en las provincias de Corrientes, Salta y Jujuy. En estas zonas, durante el verano, los invernaderos se encuentran libres de cultivos, lo que permite durante 6 semanas, aplicar esta técnica, en reemplazo del bromuro de metilo, en la desinfección de suelos.
El suelo, se cubre con polietileno cristal, de 25 a 40 micrones de espesor.
Se espera un crecimiento de la superficie solarizada, por ser una práctica compatible, con el control integrado.
2.6. Geomembranas.
Las geomembranas, han experimentado, un importante crecimiento en la impermeabilización de suelos, y el almacenamiento de agua, para abastecer al sistema de riego por goteo y aspersión, tanto en cultivos intensivos y extensivos. Como así también se utilizan en la minería y el saneamiento ambiental.
Están fabricadas con polietileno de alta o baja densidad, son mono o tricapa, en anchos mayores a los 6 metros, y espesores de más de 2 milímetros.
En el año 2006, podemos citar más de 700.000 m2 de geomembranas, utilizados en la conducción de agua para equipos de riego, en cultivos extensivos y más de 5 millones de m2 impermeabilizados, en la región de Cuyo, para represas de riego por goteo, de cultivo de vides y olivos.
2.7. Mallas y redes.
La utilización de los tejidos mediasombra, ha tenido una enorme difusión, no solo en la protección de los cultivos bajo cubierta; también se ha incrementado su uso en la actividad tambera y en la producción animal.
Estos tejidos, protegen de la alta radiación solar, a los cultivos en invernaderos durante los meses más cálidos. Son fabricados especialmente con polietileno de alta densidad; y las más económicas de rafia, superan en volumen a las más durables de monofilamento.
También se utilizan mallas antigranizo, para la protección de viñedos, frutales, arándanos, etc. Son materiales de muy alta resistencia mecánica y duración, por lo que normalmente, son de monofilamento.
En menor medida, se utilizan redes cortavientos, mallas anti-insectos y redes anti-pájaros.
2.8. Mantas flotantes.
Estos agrotextiles, son otro tipo de protección, sus usos más comunes son: césped, almácigo de tabaco, cultivos a campo de tomate, pimiento, berenjena, melón, zapallito y almácigos en general de hortícolas.
La superficie cubierta en Argentina, es de 420 ha y se utilizan normalmente, telas de 17-18gr·m-2.
Son permeables al aire y al agua, de buena transparencia, la materia prima es el polipropileno, y tienen tratamiento U.V. (Carluccio, C. Com.Per.).
2.9. Sistemas de riego.
En los últimos años, el riego en los cultivos protegidos, ha tenido una evolución muy importante.
Tanto las grandes empresas, como los medianos y pequeños productores, utilizan el riego por goteo, junto con la fertilización, como una herramienta fundamental para mejorar sus rendimientos. En todas las zonas de producción de hortalizas en invernaderos y a campo, se utiliza masivamente, el riego por goteo o localizado.
Según datos, en Argentina, hay más de 130 mil hectáreas de riego por goteo y microaspersión.
2.10. Envasado de productos frutihortícolas frescos.
En Argentina, el mercado de productos frutihortícolas en fresco, envasados es muy pequeño, del orden de 0,5%, lo que supone una muy baja participación en la producción de estos materiales, comparados con otros países.
Los tipos de películas plásticas más utilizados son: polietilieno, polipropileno y el policloruro de vinilo (P.V.C) (Frezza D. Com.Per.).
2.11. Mantas para protección y conservación de forrajes.
Es importante en Argentina, la utilización de láminas de polietileno de baja densidad, como cubiertas de silos bunker o trinchera; en silajes de maíz, sorgo o pasturas, con el objetivo de proteger el pasto fresco de las lluvias y el sol.
Se utilizan en general, mantas de plástico negro en su interior y blanco en el exterior, lo que hace reflejar las radiaciones solares, evitando un aumento de la temperatura en el interior del silo, ocasionando fermentaciones indeseables.
Las dimensiones de las mantas, son de 12 metros de ancho por 50 metros de largo, en 150 y 200 micrones de espesor. Se consumen aproximadamente 2.500 toneladas anuales en la fabricación de estas mantas.
2.12. Bolsas plásticas para la conservación de granos y forrajes.
De las aproximadamente 31.000 t anuales de consumo de plástico para fabricar diferentes productos para la agricultura, que se consumen en la República Argentina, las bolsas plásticas para almacenamiento de granos y forrajes, ocupan el 78% ( 24.282 t·año-1). De esto, radica la importancia que este sistema de almacenaje tiene para la agricultura de nuestro país.
El almacenamiento de granos en bolsas plásticas, es una práctica que comenzó en Argentina a fines de la década del 90. Debido a sus ventajas operativas, logísticas y económicas, el almacenamiento de granos en bolsas plásticas, se difundió rápidamente, pasando de los 2 millones de toneladas almacenados en la cosecha 2001/2002, a los 35 millones de toneladas de granos en la cosecha 2007/2008.
Es un sistema desarrollado en Argentina, que se exporta a más de 16 países, a los cuales se les provee, tecnología, máquinas y bolsas plásticas.
El principio básico de las bolsas plásticas, es similar a un almacenamiento hermético, donde se crea una atmósfera automodificada ya que se disminuye la concentración de oxígeno y aumenta la concentración de anhídrido carbónico. Esto es el resultado principalmente de la propia respiración de los granos y de los microorganismos en el interior de la bolsa.
Esta modificación de la atmósfera interior de las bolsas plásticas crea situaciones muy diferentes a las que ocurren en un almacenamiento tradicional. Al aumentar la concentración de anhídrido carbónico se produce un control, en general, sobre los insectos y sobre los hongos. Cabe destacar, que los hongos son los principales causantes del calentamiento de los granos, cuando se almacenan con tenores de humedad superior a los valores de recibo. También, al disminuir el porcentaje de oxígeno, disminuye el riesgo de deterioro de los granos.
Hasta el momento, ha demostrado ser un sistema altamente eficiente, seguro y no contaminante de los granos. En el almacenamiento en bolsas plásticas no es usual el uso de insecticidas para controlar insectos y el riesgo de desarrollo de micotoxinas es muy bajo, si se mantiene la bolsa intacta. Esto significa que este sistema de almacenar los granos en bolsas plásticas, se presenta como una gran alternativa para productores, acopiadores e industrias.
Podemos almacenar en bolsas plásticas, trigo, girasol, soja, maíz, sorgo, arroz, poroto, algodón, etc.
La bolsa plástica es un envase de polietileno de baja densidad, aproximadamente de 235 micrones de espesor, conformada por tres capas y fabricada por el proceso de coextrusion. La capa exterior, es blanca y tiene aditivos, filtros de UV y (dióxido de Titanio) para reflejar los rayos solares. La del medio, es una capa neutra y la del interior tiene un aditivo (negro humo), que es protector de los rayos ultravioletas y evita la penetración de la luz. Son muy similares a los envases (sachets) que se usan para muchos tipos de alimentos fluidos (leche, jugos, etc.). Son fabricadas con una alta tecnología (máquinas extrusoras). La bolsa es un envase, cuyo tamaño puede ser de hasta 400 t de granos. Se presentan en 5, 6 y 9, 10 y 12 pies de diámetro y con una longitud de 60 y 75 m. y tienen una garantía ante agentes climáticos (excepto piedra y granizo) de 24 meses.
Entre las principales ventajas, se destacan:
• Almacenar en origen a bajo costo.
• Utilización al máximo del equipo de cosecha (puede absorber 3 a 4 cosechadoras al mismo tiempo).
• Permite cosechar en los momentos en que no podemos sacar la producción del campo.
• Permite diferenciar calidades.
• Permite disponer de sus granos en cualquier momento.
• Permite guardar granos con mayor humedad que en los silos convencionales, no utilizando insecticidas.
• Permite además almacenar fertilizantes, malta, afrechillo, etc.
• Amplía la capacidad de acopio.
Este sistema, adquiere una gran relevancia, si consideramos que el desafío que la Argentina está afrontando, es la industrialización del campo para transformar los granos en alimentos y otros productos elaborados y éstos deben ser de alta calidad para ser competitivos en el mercado nacional e internacional.
El sistema también permite, guardar alimento para el ganado (forrajes, grano húmedo, etc.), en forma económica y efectiva, y se diferencia de los métodos tradicionales de reserva (silo bunker), que en la bolsa plástica, se pueden almacenar productos a campo sin pérdida de calidad y cantidad, y ha demostrado ser un sistema eficiente desde el punto de vista técnico y económico.
3. CONCLUSIONES.
La plasticultura en la Argentina, ha evolucionado en los últimos años, para responder al desafío que implica el abastecimiento creciente de alimentos para su población, y como uno de los principales exportadores de alimentos del mundo.
Sin lugar a dudas, en la Argentina existe un buen conocimiento de las técnicas y de los materiales a nivel de sus profesionales que permite una correcta utilización y una máxima eficiencia en el desarrollo de los nuevos plásticos para la agricultura.
Es difícil imaginar este auge, sin la participación de la plasticultura, que esté al servicio de una agricultura sostenible y el cuidado del medio ambiente.
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Autor:
Alberto Stavisky.
Ingeniero Agrónomo. Presidente del CAPPA (Comité Argentino de Plásticos para la Producción Agropecuaria).