HIBRIDACIONES EN PLANTAS HORTÍCOLAS; MEJORA VEGETAL 1.- Introducción. |
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1. INTRODUCCIÓN.
La mejora vegetal aplica los principios de la genética para producir variedades hortícolas, con características más deseables, tales como mayor resistencia a las enfermedades, mejores valores nutricionales, sabores más agradables e intensos, mayor rendimiento, etc.
Hoy en día, se utilizan variados métodos para la producción de nuevas y mejores variedades. Básicamente, se pueden reducir a tres: selección, hibridación y aprovechamiento de aquellas mutaciones que se manifiestan de forma natural y espontánea.
En 1865, el monje agustino austriaco Gregor Joham Mendel, abad del monasterio de Brünn (Chequia), formuló las leyes hereditarias que llevan su nombre, fruto de sus estudios tras un descubrimiento ocurrido en su jardín con determinadas especies vegetales.
Estas leyes son las actuales bases de la mejora vegetal natural, mediante hibridación.
2. SELECCIÓN NATURAL.
La selección natural, tanto vegetal como animal, no es más que un proceso de mejora genética que la naturaleza realiza a lo largo de numerosas generaciones. Este principio ya fue enunciado por Charles Darwin en 1859 mediante su teoría de la evolución de las especies, por la cual la selección natural es una consecuencia de la lucha de los seres vivos por la propia existencia, lo que da lugar a la supervivencia de aquellos más aptos; estas características son así transmitidas a los descendientes, que obtienen mejoras genéticas para enfrentarse a la vida en condiciones más favorables.
Este es el material de base para la mejora vegetal, de las variedades hortícolas actuales. Es decir, los distintos centros de investigación de semillas, se desplazan a zonas salvajes, sobre todo de América Central y América del Sur, y escogen aquellas plantas que mejor se han adaptado a condiciones adversas, para seleccionarlas por sus resistencias.
Estas plantas no se parecen en nada al futuro híbrido, que posteriormente se va a producir.
El hombre ha conseguido acelerar el proceso de mejora y selección natural mediante selección artificial, pero inclinando los resultados en dirección a la obtención de su propio beneficio, seleccionando aquellas plantas deseables por determinadas características, y desechando otras.
En la selección artificial se eligen aquellos individuos progenitores cuyo fenotipo es más favorable. En una misma especie, los individuos presentan una amplia variabilidad genética heredada de sus parentales.
El proceso de mejora consiste en seleccionar aquellos que dispongan de caracteres deseables en el mayor grado posible desechando los de grado menor, para posteriormente repetir la operación durante varias generaciones hasta alcanzar las expectativas de mejora deseadas.
3. MÉTODO DE HIBRIDACIÓN.
La hibridación es la acción de fecundar dos individuos de distinta constitución genética, es decir, cruzar dos variedades o especies diferentes para conseguir reproducir en la descendencia, alguno de los caracteres parentales.
De la combinación de los caracteres genéticos parentales se derivan también otros rasgos indeseados, es por ello que tras la hibridación suele ser necesario realizar un proceso de selección artificial durante varias generaciones, eliminando así aquellas plantas que sostengan rasgos desfavorables para que predominen sólo los deseados.
Los híbridos suelen mostrar mayor vigorosidad que los parentales, lo que da lugar a un mayor rendimiento. Este fenómeno ha sido aprovechado en la producción a gran escala de determinados cultivos de cereales de gran importancia económica, tales como el maíz, aunque también es apreciable la contribución que las semillas híbridas han supuesto en numerosas variedades de hortalizas y plantas ornamentales.
Cuando se obtienen híbridos cuyos caracteres deseados ya están suficientemente desarrollados, se suelen reproducir por métodos asexuales, de esta forma se consigue sostener los rasgos idénticos entre individuos. Con métodos sexuales se interferirían los rasgos y probablemente se perderían a las pocas generaciones. Existen variados métodos de reproducción asexual, como el injerto, acodo, etc.
El retrocruzamiento es una técnica de hibridación que permite añadir a una variedad ya existente y deseada, un rasgo útil de uno de los parentales; es una técnica muy útil para incorporar a una especie cultivada un carácter de resistencia a enfermedades o insectos.
El retrocruzamiento consiste en obtener un híbrido de dos especies o variedades, para a continuación volver a cruzarlo con uno de ellos, aquel que consideramos contiene el rasgo más valioso. Esta operación de retrocruzamiento se realiza varias veces, junto con una labor de selección, consiguiéndose finalmente tras una serie de generaciones una concentración de los rasgos deseados, y una recuperación del tipo original.
4. OBTENCIÓN DE UNA VARIEDAD HORTÍCOLA.
A la hora de obtener una variedad hortícola, las casas de semillas se encuentran con diferentes retos, ya que en el proceso de selección y producción de una determinada variedad de una especie hortícola, intervienen diferentes cadenas o procesos como puede ser el productivo (es decir el agricultor), el logístico ( empresas de comercialización, transportes, supermercados, etc.) y finalmente el consumidor o el cliente final, que exigen unas determinadas características.
El agricultor exige que la variedad sea de alta producción, con resistencias a determinados virus, enfermedades y plagas, fácil manejo, disminución de costes de producción, en determinadas especies que la hoja sea grande o pequeña, con entrenudos cortos o largos, etc.
El sector logístico exige que los frutos sean homogéneos y con buena conservación, que aguanten la manipulación el transporte, fácil empaquetado, uniformidad, etc..
El cliente exige que la presentación sea atractiva, con aspecto fresco y saludable, con gran durabilidad.
Todos estos eslabones en la cadena de producción, deben estar perfectamente sincronizados, y trabajar conjuntamente, ya que si uno falla en algún aspecto, fallará el resto.
Un ejemplo de esto último lo tenemos en la recolección de las sandías verdes. El agricultor quiere obtener buenos precios en las sandías y recolecta el fruto cuando todavía no ha madurado totalmente. Una vez que llega al consumidor este deprecia su sabor, y no vuelve a comprar este fruto pasado bastante tiempo, por lo que en el período en que la sandía está “verdaderamente madura”, los precios recibidos por el agricultor en esta especie son muy bajos, ya que no son aceptadas por el consumidor por el error inicial.
Para afrontar dicha investigación para obtener una variedad lo primero que debemos tener en cuenta, es ¿qué es una semilla?.
Botánicamente se define como un óvulo maduro de una flor, que en condiciones óptimas germinará y producirá semillas. Tiene características genéticas y está viva.
El genotipo de una semilla es como un manual (un conjunto de genes), que le va a decir a la planta como va a ser: si las raíces van a ser muy largas o cortas, gruesas o finas, con gran densidad o poca, tallo grueso o delgado, ritmo de crecimiento fuerte o débil (vigor), etc..
El fenotipo se define como la manifestación del genotipo, es decir, genotipo más condiciones ambientales. Este fenotipo varía según las condiciones a que esté sometida la planta: una puede tener más cerca el gotero que otra, otra se puede encontrar debajo de una ventana, otra se puede encontrar más cerca de la puerta o en la banda, se puede encontrar debajo de una pantalla térmica, etc..
La información de un gen siempre está duplicada, en lo que se denominan alelos.
El gen puede ser homocigótico, si el carácter que transmiten es siempre el mismo, o heterocigótico, si el carácter que transmiten puede ser distinto.
El primer proceso de selección de una variedad es partir del material genético de la naturaleza ( ya que según vimos anteriormente sólo sobrevive el más fuerte), por lo que nos encontramos con gran heterocigosis, máxima variabilidad, etc.. A este material genético base, se le denomina semilla salvaje.
Luego seleccionamos unos determinados caracteres que nos interesan, y hacemos homocigosis y máxima uniformidad. A esto último se le denomina línea parental y son las semillas iniciales de la investigación.
Posteriormente cruzamos los parentales con ellos mismos, obtenemos una descencia F1 (híbridos), que no obtendrán los caracteres deseados, volvemos a cruzar esta línea F1, consigo mismo mismo, y obtenemos una desdencia F2, y así sucesivamente, hasta obtener la variedad con el genotipo deseado.
En los cruces lo que hacemos es obtener polen de una planta que actúa como macho, y castrar otra que actúa como hembra, depositando el polen sobre el estigma de la misma.
A este método de selección se denomina “Método de selección dirigida”.
Los individuos de los cuales hemos obtenido esta planta poseen el mismo genotipo, que la planta anterior, y los guardamos en un banco de germoplasma. Dejamos unos alelos dominantes homocigóticos, con características importantes, para en caso de cruce de la misma variedad, no obtener una variedad semejante.
Seguidamente realizamos “ensayos”, y contactamos con distintos agricultores, para ver el comportamiento de la variedad en el mayor número de zonas posibles, en distintas épocas de plantación, en distintos invernaderos, con diferentes técnicas de cultivo, etc. La situación en el invernadero debe ser lo más representativa posible.
En el período de ensayos comprobamos si por fin la variedad se comporta correctamente. Si es así, la lanzamos al mercado, y vemos su comportamiento en logística y consumidor.
Hacemos una primera pequeña producción de la variedad para ver este comportamiento, y si la variedad no se comporta correctamente dejamos de producir. En caso contrario hacemos una producción masiva.
Miguel Ángel Cervantes Flores.
Profesor Titular del Centro de F. P. Campomar