1. Especies Cultivadas
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7. LABORES CULTURALES.
7.1. Preparación del sustrato: El Compostaje.
Las operaciones a realizar para preparar el compost en el que se va a cultivar el champiñón varían según se trate de estiércol natural o de estiércol artificial.
El estiércol natural procedente de las cuadras debe desmenuzarse y mezclarse bien con sus componentes (paja mojada, excrementos sólidos) y eliminar cualquier objeto extraño. Más tarde se apila en montones de 2 metros de ancho por 1,20 de alto para que se produzca la fermentación del mismo. Estos montones se realizan superponiendo distintas capas, entre las que se espolvorea un insecticida (malatión) para eliminar aquellas larvas de insectos que puedan existir.
Si el estiércol está demasiado seco, puede rociarse con un poco de agua. Si es poco pajoso, se añadirá paja al hacer la pila, alternando las capas de estiércol con otras de paja. También se puede espolvorear sulfato amónico entre capa y capa en la proporción de 15-40 kilos por tonelada de estiércol. Con ello se consigue enriquecer aquellos estiércoles pobres en materia orgánica.
Para secar estiércoles demasiado húmedos se espolvorea yeso cocido en la proporción de 1-3 kilos por cada 100 kilos de estiércol. cada seis o siete días se volteará el montón, añadiendo agua, para mantener una temperatura de 70-80º C, y así se produzca una adecuada fermentación del estiércol.
La preparación de estiércoles artificiales, se realiza utilizando los siguientes productos y cantidades:
En ambos casos, la operación de fermentación del estiércol pasa por dos fases:
Si todo el proceso de compostaje se ha realizado correctamente, al final se obtendrá un compost que responderá a las siguientes características:
7.2. La siembra.
La siembra se realizará cuando el compost tenga una temperatura de 23-24º C. La semilla, si es fresca, debe adquirirse pocos días antes de la fecha de siembra, para que esté en las mejores condiciones posibles.
Para realizar la siembra se divide el blanco de champiñón en pequeñas porciones y se colocan en los lados de los caballones siguiendo el trazado de tres líneas horizontales imaginarias. La línea más baja estará a unos 10 cm del suelo y la más alta a unos 10 cm de la cresta. Los golpes de semilla deben colocarse a tresbolillo, separados uno de otro unos 15-20 cm.
Si el cultivo se realiza en bandejas o cajones, la siembra también se realiza a golpes dispuestos a tresbolillo. La siembra debe hacerse colocando primero dos filas de golpes de blanco a una distancia de 10 cm de los bordes de las bandejas y luego se rellena el espacio que queda entre ellas, con otros golpes dispuestos a tresbolillo separados 20 cm.
En ambos casos el blanco se introduce a unos 2-3 cm de profundidad, apretando ligeramente alrededor del estiércol. Encima de la semilla sólo debe haber una fina capa de estiércol para que no se ahogue el micelio.
7.3. El revocado.
Esta operación consiste en cubrir la superficie del cultivo con una capa de tierra de unos dos centímetros de espesor, cuando el micelio del hongo ya ha colonizado el sustrato. Normalmente se realiza al mes de efectuar la siembra, aunque puede variar según la temperatura del local. Esta tierra debe ser bastante fina, suelta, porosa, absorbente y libre de insectos, hongos o bacterias que perjudiquen al champiñón.
Para obtener tierra con estas características se procede a mezclar diversos componentes como tierra (50%), arena de río (30%), escombro molido (20%) o piedra caliza triturada (40%), etc.
El objetivo del revocado o cobertura es el de dificultar el desarrollo del micelio del hongo y obligarle a fructificar. Además, la tierra proporciona la humedad adecuada para inducir esa fructificación y aísla al micelio del ambiente del local.
8. RECOLECCIÓN Y CONSERVACIÓN.
La producción se realiza de forma escalonada. Desde que se inicia la formación del capóforo, éste pasa por varios estadios (botones, tazas o cúpulas y planos). Los más apreciados son los botones, siendo los más comerciales los que tienen un sombrerillo de diámetro comprendido entre 2,5 y 7 cm.
Entre dos y cinco semanas después de hacer el revoco aparecen ya las primeras marcas de champiñón sobre la tierra de cobertura. La recolección debe hacerse cuando los champiñones estén maduros, es decir, cuando el pie del hongo se hace un poco flexible y todo el champiñón se hace más blando al tacto. Siempre han de cosecharse antes de se haya roto el velo que cubre el himenio.
Para recolectarlo se toma suavemente el sombrerillo entre los dedos y se da a la mano un movimiento de torsión. Después se tapa con tierra el hueco dejado por el pie del hongo cosechado. Los champiñones recolectados se colocan en recipientes de menos de dos kilos de peso y con el sombrerillo hacia abajo.
El periodo de recolección dura de dos a cuatro meses, obteniéndose producciones medias de seis a ocho kilos de champiñón por metro cuadrado de superficie. La temperatura normal de conservación es de 0-2º C, con atmósferas controladas con el 9% de oxígeno y el 25-50% de CO2.
9. FISIOPATÍAS, PLAGAS Y ENFERMEDADES.
9.1. Fisiopatías.
Destaca la llamada piel de cocodrilo o rose-comb. Consiste en la aparición de protuberancias sobre los sombrerillos de los hongos afectados. Se debe a diversas causas, como excesiva sequedad ambiental, aplicación excesiva de determinados pesticidas, vapores de formol, etc.
9.2. Plagas.
Las plagas más conocidas del champiñón son ciertos ácaros, algunos nematodos y varios insectos. Los ácaros que más destacan son:
Estas arañas se pueden combatir con acaricidas como dicofol, tetradifón, fensón, sulfotep, diazinón, etc.
Los dípteros constituyen una plaga cuyas larvas estropean el micelio del hongo, causando fallos en la fructificación, y dañan los hongos ya formados, labrando túneles o galerías en el pie y en el sombrero de los champiñones. Además de una adecuada desinfección del compost, pueden emplearse aplicaciones de diazinon, malation, lindano, clorfenvinfos, etc.
En cuanto a los escarabajos (colémbolos), producen pequeños orificios ovales, de aspecto reseco, sobre el sombrerillo. Los tratamientos con lindano y malatión son los más efectivos.
Los nemátodos son una de las plagas más dañinas de los cultivos de champiñón. Destacan Aphelenchus, Ditylenchus, Aphelenchoides, etc. Los nematodos destruyen el micelio del hongo. El estiércol toma un color rojizo y al tacto da la sensación de una pasta jabonosa. Su olor se hace acre. Una adecuada esterilización del compost junto al empleo de nematicidas y el control del ambiente del cultivo, son las mejores armas contra esta plaga.
9.3. Enfermedades.
9.3.1. Enfermedades producidas por bacterias.
La más grave de todas es la mancha bacteriana o "gota", producida por Pseudomonas toolasi Planie. Debe su nombre a que, cuando la padece, el champiñón presenta unas manchas amarillentas en el sombrerillo, de aspecto pegajoso y en forma de gotitas. En la presentación de esta enfermedad influye sobre todo la mala preparación del estiércol, la mala ventilación de las instalaciones y el riego excesivo. Para combatirla debe regarse con agua, en la que se hayan disuelto 250 gramos de cloruro de cal por cada 100 litros.
Pseudomonas sp. también provoca la llamada momificación. Consiste en una serie de hinchamientos del pie del hongo, que provocan la apertura prematura de los sombrerillos. Se recomiendan las mismas medidas que en el caso anterior, junto a una limpieza más adecuada de la explotación y un control más riguroso de la tierra de cobertura.
9.3.2. Enfermedades producidas por hongos.
Destaca la temida burbuja seca o mole, provocada por el hongo Verticillium malthoussei. Provoca la aparición de deformaciones, el champiñón se recubre de un moho o pelusilla blanco-rosácea y termina pudriéndose con desprendimiento de un olor muy desagradable.
El empleo de tierras de revoco insanas o utilizadas con anterioridad contribuyen a su presencia. Para su control se recomienda desinfectar la tierra de cobertura con formol, vapor de agua, mezclas de zineb o mancozeb, con benomilo, iprodiona, etc.
Otras enfermedades del champiñón menos importantes son la enfermedad de la telaraña (Dactylium dendroides) y la mole húmeda (Mycogone perniciosa).
10.BIBLIOGRAFÍA
BONET, J.M. 1986. El cultivo del champiñón. El Campo., 102: pág. 48-54.
GEA, F.J. & TELLO, J. 1997. Micosis del cultivo del champiñón. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid. 212 pp.
HERNÁNDEZ, J.M. 1977. El champiñón. Hoja divulgadora Núm. 21-22-67 HD. Ministerio de Agricultura. Madrid. 28 pp.
MAROTO, J.V. 1995. Horticultura herbácea especial. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. 611 pp.
VEDDER, P.J.C. 1986. Cultivo moderno del champiñón. Ed. Mundi-Prensa. Madrid. 374 pp.
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