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LAS PALMERAS
2.- Clasificación y descripción botánica.
3.- principales géneros cultivados.
4.- múltiples aprovechamientos.
5.- crecimiento de palmeras al aire libre.
5.2.- requerimientos edafoclimáticos.
Wallichia Roxb.
Palmeras generalmente monoicas, de tronco solitario o multicaule, acaulescentes, subarbustivas o erectas. Tallo cubierto generalmente con fibras y base de las hojas. Hojas imparipinnadas, dispuestas en espiral o dísticamente, con la vaina cubierta de pelos, escamas o tomento. Pecíolo alargado o robusto, escamoso o tomentoso. Folíolos linear lanceolados, irregularmente lobulados. Inflorescencia interfoliar. Flores masculinas con 3-15 estambres. Fruto pequeño, elipsoide, rojizo o purpúreo. Comprende 4-7 especies nativas desde el Himalaya y Burma hasta China y Tailandia.
Wallichia caryotoides Roxb.
Wallichia densiflora (Mast.) Mast.
Washingtonia H.Wendl.
Palmeras hermafroditas robustas, de tronco solitario, con espinas. Tallo erecto, cubierto parcialmente con hojas secas, con marcas de las hojas, a veces engrosado basalmente. Hojas costapalmadas, con pecíolos cubiertos de espinas curvadas. Lámina de forma circular, dividida en numerosos folíolos erectos o colgantes. Inflorescencia interfoliar. Flores masculinas con 6 estambres. Fruto oblongo o globoso, con una semilla, liso y negruzco. Comprende 2 especies del Sur de California y Oeste de Arizona hasta Nuevo Méjico.
Washingtonia filifera (Lindl.) H.Wendl. (Palmera de California)
Washingonia robusta H.Wendl. (Palmera mexicana)
4.- Múltiples aprovechamientos.
La enorme variedad de palmeras las hace de gran utilidad en el paisaje y, aunque la mayoría de las especies tenga un origen tropical, hay muchas que pueden cultivarse en zonas de clima mediterráneo y en regiones continentales donde las temperaturas pueden alcanzar mínimas incluso inferiores a -15ºC.
Además, su hábito de crecimiento y dimensiones pueden predecirse con anterioridad con la seguridad de que, dándoles las condiciones que necesitan, llegaremos a conseguir exactamente la planta que pretendíamos.
Se transplantan fácilmente cuando tienen grandes tamaños y necesitan muy poco suelo si se compara con el necesario para lograr el crecimiento de árboles de igual talla.
Las palmeras son excelentes como plantas singulares, constituyendo por sí mismas puntos con una atracción especial si disponen del espacio suficiente. Los grupos de una sola especie suelen ser muy efectivos, sobre todo cuando se evita la polarización y se emplean plantas de diferentes tamaños. Igualmente, se obtendrán buenos resultados al agrupar diferentes especies de palmeras cuyo follaje contraste por su color o por su forma.
En cualquier caso, las palmeras pueden necesitar de un buen número de años para formar el tronco y, por ello, al principio, ocupar un espacio que luego dejarán libre. Así, cuando se plantan en calles nos puede obligar al atado de las hojas o a eliminar un buen número de ellas para que no ocupen demasiado espacio y no supongan un peligro para el tránsito de personas o vehículos.
En alineaciones, calles y avenidas, se plantarán a una distancia variable según la especie. En algunas ocasiones se obtendrá un mejor efecto si se sitúan próximas, con objeto de que se entremezcle su follaje o, por el contrario, lo suficientemente separadas (Jubaea chilensis) para evitarlo.
Por supuesto, en la elección de las palmeras habrá que considerar el tamaño que alcanzan cuando son adultas. En jardines pequeños se emplearán las especies de crecimiento reducido, como Phoenix roebelinii, reservándose las que alcanzan un gran desarrollo para donde haya espacio suficiente. Las proporciones, la escala, el volumen serán siempre el primer factor a considerar.
El hombre ha sabido “sacarle el jugo” a las palmeras, así podemos aludir brevemente algunos de los variadísimos aprovechamientos de estas plantas:
Las semillas de Aiphanes caryotaefolia son comestibles y se emplean en repostería. Sus largas espinas se usan como agujas.
De la palmera Acrocomia vinifera se obtiene un vino de palma, al igual que ocurre con Raphia vinifera, Mauritia vinifera, Caryota urens, Phoenix dactylifera y muchas otras.
El fruto de Areca catecú es la llamada impropiamente nuez de betel. Combinado con hojas de betel y otros ingredientes forma el <<buyo>>, predecesor del chicle utilizado por unos doscientos cincuenta millones de habitantes en la India, Pakistán, Ceilán, Malasia y África tropical.
El fruto amarillento anaranjado de Arecastrum romanzoffianum es rico en aceites y comestible. En sudamérica se comen sus palmitos, y se utilizan sus troncos y hojas para construir cabañas.
De algunas especies de Arenga se obtiene el sagú, una especie de almidón que constituye una importante fuente de hidratos de carbono para muchos habitantes de las zonas tropicales. De la palmera de azúcar o Arenga saccharifera, que crece en la India e Indonesia, se extrae un jugo procedente de las inflorescencias masculinas, a partir del cual se concentra el azúcar o se obtiene, por fermentación, una bebida alcohólica.
De las vainas foliares de Attalea funifera se obtiene la fibra de piasava, al igual que de Leopoldinia piassava.
De algunas especies de Borassus se obtiene una bebida alcohólica, y también el sagú. Borassus flabellifer es una de las especies a las que se saca más partido, pues se dice que se extraen de ella unos ochocientos productos diferentes.
Los frutos de Butia yatay son comestibles, y de ellos se obtiene un licor popular en sus regiones de origen, en Argentina. Los de Butia capitata también son comestibles.
De los largos troncos trepadores de Calamus se cortan fragmentos que se utilizan para hacer bastones y muebles.
De algunas especies de Caryota se obtiene el sagú también. Caryota urens es la Palmera del vino de la India, pues efectivamente se obtienen de ella una bebida alcohólica. Asimismo, de esta especie se extraen las fibras de kitul, especie de cerdas negras utilizadas para hacer cuerdas, cepillos y escobas.
Ceroxylon significa madera de cera, y efectivamente, de estas palmeras se obtiene cera.
El palmito o yema apical del Palmito Chamaerops humilis es un manjar que suele venderse por las calles y también en lata, y se usa en ensaladas. Sus hojas también se usan para hacer escobones, capachos y esterillas, y de las fibras de sus hojas procede la crin vegetal o crin africana.
El cocotero, Cocos nucifera, está amplísimamente difundido por las islas y las zonas costeras tropicales de todo el mundo, entre los 26º de latitud Norte y Sur, y sus frutos o drupas son el principal alimento para los habitantes de muchas de esas áreas, que lo cultivan desde hace 3000 o 4000 años. La parte comestible, blanca y de sabor muy agradable, es el endospermo de su semilla, que se consume en fresco y se usa en confitería y para hacer batidos. También es muy apreciado el líquido que alberga (la leche de codo). Esa parte comestible, una vez desecada, es la copra, de la cual se extrae el aceite de coco, empleado en la industria y la alimentación: jabones, margarinas, velas, etc. Los indígenas aún han encontrado cientos de utilizaciones más, especialmente una que les encanta: la obtención de un vino de palma y de un licor llamado arrak o arrack.
De la especie brasileña Copernicia cerifera o Palmera de cera o Palma carandaí se extrae la cera de carnaúba, que recubre sus hojas cuando son jóvenes, y se utiliza par encerar suelos de madera, hacer betunes y fabricar cirios. También se obtienen fibras y una bebida alcohólica.
Del género Elaeis, en griego aceite, tenemos la Elaeis guineensis o palmera de aceite de Guinea (12% de la producción de grasas del mundo).
De la palmera de Chile, Jubaea spectabilis o chilensis, se obtiene miel de palma dejando fermentar su sabia y condensándola. Una palmera puede dar hasta 60 litros de esa miel. Además, sus semillas se comen, y se les suele llamar coquitos.
Los dátiles de la Palmera Canaria o Phoenix canariensis no son ni mucho menos tan sabrosos como los de la datilera, utilizándose más bien para el ganado. Con sus hojitas tiernas se hace ensalada, y en ciertas zonas de Canarias obtienen de esta palmera autóctona la llamada miel de palma.
De Phoenix dactylifera o Palmera datilera se aprovechan sobre todo los dátiles. Una buena datilera puede producir unos cincuenta kilos al año durante un siglo, con años de hasta setenta e incluso cien kilogramos. Los huesos de los dátiles se utilizan como pienso para los animales y como sucedáneo del café. Sus troncos son aprovechados para hacer mesas, bancos, etc., y sus hojas para tejer cestos o sombreros o cuerdas y para hacer techumbres y escobas. Del jugo que se extrae del cogollo se obtiene una bebida alcohólica lechosa y dulce llamada legmi o lagmi en el norte de África. El palmito o yema apical es comestible. A ello hay que añadir el aprovechamiento de sus hojas para las palmas de Semana Santa.
Como vemos infinidad de usos diferentes. Además debemos añadir en los últimos años su utilización en jardines y como plantas de interior (las de porte pequeño o estadíos juveniles).
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