1. Introducción
2. Tipos de relaciones entre los nutrientes de las plantas
3. Ejemplo de interacción positiva entre el potasio y el hierro
4. Ejemplo de interacción negativa entre el potasio y el boro
5. Bibliografía
1. Introducción
La importancia que tiene la correcta dosificación de los nutrientes en los cultivos es bien conocido por todos. Todos los nutrientes, ya sean en pequeñas o en grandes proporciones, cumplen una función específica en la planta y no pueden ser sustituidos por otros. Las plantas son, en cierto modo, como las personas, necesitan de una dieta equilibrada y no comer excesivamente de una clase de alimento, porque esto puede derivan en enfermedades. Así, cuando una planta tiene todos nutrientes que necesita y en un adecuado equilibrio, para desarrollar las diversas funciones fisiológicas, su crecimiento y supervivencia está asegurado. Pero cuando esto no ocurre, las plantas manifiestas diferentes síntomas que reconocemos como carencias o excesos, que pueden comprometer la producción final si no sabemos manejarlas. Por eso, en este artículo vamos a hablar de la importancia que tiene la interrelación entre los distintos nutrientes y cómo pueden afectar a la producción final de nuestro cultivo.
2. Tipos de relaciones entre los nutrientes de las plantas
La cantidad de nutrientes en el suelo disponibles para los cultivos, así como la interacción o el equilibrio que existe entre ellos, es determinante para que se dé un mayor o menor desarrollo de estos.
Para que una planta tenga un crecimiento óptimo requiere que los nutrientes estén en una forma asimilable para ellas y en cierta cantidad, pero también debe existir un equilibrio, porque un exceso o deficiencia de alguno de ellos influye en la absorción o asimilación de otros. Según Faust (1989) “la concentración elevada de un elemento químico en los tejidos de la planta puede ser el reflejo del suministro inadecuado de otro elemento”.
Básicamente existen dos tipos de interacción entre los nutrientes: la interacción sinérgica y la interacción antagónica.
Entendemos por interacción sinérgica entre nutrientes a aquella interacción entre dos nutrientes que resulta positiva para el crecimiento de la planta y cuyo efecto combinado es mayor que si se aplicara cada nutriente por separado.
Sin embargo, una interacción antagónica entre nutrientes es aquella interacción en la cual el aumento o supresión de un nutriente, afecta de forma negativa a la absorción o asimilación de otro nutriente.
El científico francés D. Mulder publicó, en 1953, uno de los primeros estudios sobre la interacción de los nutrientes en frutales, “Los elementos menores en la fruticultura”.
En este estudio aparece un gráfico denominado “Círculo de Mulder o Carta de interacción de los minerales” que nos muestra las relaciones antagónicas y sinérgicas entre once de los elementos químicos más importantes que, aunque está hecho para frutales y puede variar según el cultivo del que se trate, nos puede servir como una guía general para el resto de cultivos.
En este gráfico, las líneas continuas rojas indican las relaciones antagónicas entre los elementos químicos, mientras que las líneas discontinuas negras indican la relación sinérgica o estimulante entre ellos. Las flechas indican la dirección del elemento que se ve afectado por el otro elemento. Así, el calcio puede generar una disminución en la absorción de magnesio que el aporte de nitrógeno puede contrarrestar, o el fósforo puede generar una disminución en la absorción de cobre o hierro que el aporte de molibdeno y potasio puede contrarrestar.
Según el gráfico de Mulder, la mayoría de las relaciones existentes entre los nutrientes tienen carácter antagónico. Además, casi todas son unidireccionales, es decir, el exceso o deficiencia de ese elemento afecta negativamente a la absorción o asimilación del otro elemento, como es el caso del calcio y el potasio, o el nitrógeno y el potasio. Pero también hay relaciones bidireccionales como es el caso del fósforo y el calcio o el hierro, y el potasio y el magnesio, lo que significa que el exceso o deficiencia de un elemento puede afectar negativamente a la absorción o asimilación del otro y viceversa.
En el caso de las relaciones sinérgicas, según el gráfico, son menos numerosas. Así un exceso de nitrógeno conduce a un aumento en la absorción o asimilación del magnesio y lo contrario. Algo similar ocurre con el potasio y el hierro, el manganeso y el potasio, el molibdeno y el cobre, o el molibdeno y el nitrógeno.
Estas interacciones entre los nutrientes dependen de otros factores como:
- El tipo de suelo
- Las propiedades físicas del suelo
- El pH
- La temperatura ambiental
- Y la proporción de los nutrientes que participan en la relación
El sustrato tiene un efecto directo en la nutrición de la planta, así algunos componentes del suelo como las arcillas o la materia orgánica con carga negativa, determinan la mayor o menor cantidad de cationes que pueden ser absorbidos por la planta, debido a su capacidad de retención. Cuanto mayor sea la capacidad de intercambio catiónico (CIC) que tenga un suelo, mayor será la cantidad de cationes que este pueda retener. Pero un exceso de cationes, como por ejemplo el NH4+, puede provocar una carencia de otros elementos como el potasio, calcio o magnesio.
Este suceso tiene gran importancia en los cultivos hidropónicos donde se usan medios de cultivo inertes o de baja capacidad de intercambio catiónico (CIC) y en el que tenemos que aportar necesariamente potasio, calcio y magnesio mediante la solución nutritiva que se aplique, ya que no son retenidos por el sustrato.
La tasa de absorción de varios nutrientes vegetales depende, entre otros, del pH del suelo. Generalmente, los aniones como nitratos o fosfatos se absorben en tasas más altas cuanto más bajo es el pH. En el caso de los cationes, las tasas de absorción son más altas cuanto más cercano sea el pH a 7.
Los niveles muy bajos de pH, menores de 3.0, causan daños en las membranas de las células vegetales que se vuelven más permeables. Esto resulta en una pérdida de nutrientes, en particular del catión potasio, que se difunde hacia fuera de las células de las raíces en dirección a la solución del suelo.
En el manejo del cultivo, un error muy frecuente es abonar en base a la experiencia sin realizar análisis previos de suelo, lo que provoca que en numerosas ocasiones se sobre abonen los cultivos. Esto implica que habrá un sobre coste en la aplicación de abonos y problemas en el crecimiento y desarrollo del cultivo, ya que no se tiene claro las necesidades nutritivas reales, al no tener en cuenta la composición del suelo. Esto nos pueden provocar cultivos con crecimiento insuficiente, debido a las deficiencias en la absorción de los nutrientes, necesarios para su correcto crecimiento.
Autor: Dpto. Agronomía Infoagro
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