Escama de nieve de cítricos. Unaspis citri

1. Introducción
2. Descripción
3. Daños y distribución
4. Métodos de control

1. Introducción

La escama de nieve es como se conoce comúnmente, a una de las principales plagas que atacan a los cítricos. Su nombre se debe al color blanco de la armadura que presenta el macho en su estado inmaduro (de ninfa) antes de ser adulto. Además de las especies de cítricos, a este insecto se le puede encontrar en diversas especies vegetales como mango, chirimoya, camelias, palmeras, etc. Los daños que puede ocasionar en los cultivos pueden alcanzar niveles severos, por lo que su control debe ser planteado con seriedad y rigor.

Zona leñosa afectada

2. Descripción

Unaspis citri es un insecto de 1 a 2 mm de longitud, cuya duración de su ciclo biológico es variable en función de las condiciones ambientales. En Florida, se pueden dar hasta cuatro generaciones al año. La longevidad del macho oscila entre 31 y 35 días, mientras que en la hembra va desde 112 hasta 190 días (Selhime and Brooks, 1977).

Las hembras colocan los huevos individualmente, debajo de la cubierta protectora de su armadura y son incubados, generalmente, durante un periodo comprendido entre 30 minutos y 3 horas. Así, una hembra adulta no pone otro huevo hasta que no eclosiona el anterior. De este modo, a lo largo de 2 – 3 meses, puede poner hasta 150 huevos. Éstos son de color naranja brillante, con una longitud aproximada de 0.30 mm.

Posteriormente, cuando el insecto emerge del huevo comienza la siguiente fase del ciclo, el estado de ninfas. Éstas tienen forma ovoide, de color amarillo brillante, con seis patas, dos antenas de cinco segmentos y dos manchas oculares opuestas lateralmente. Se les llama "rastreadores" porque en este estado llevan a cabo un proceso de dispersión. Las ninfas son más abundantes en otoño, pero pueden estar presentes durante todo el año.

Después de la primera muda, se produce la diferenciación sexual. De manera que la hembra puede tardar en torno a 60 días para completar su desarrollo hasta adulto, mientras que el macho necesita, aproximadamente, la mitad. Las ninfas comienzan a formar una armadura cerosa, blanca en el caso de los machos y gris en las hembras.

Los machos adultos son de color blanco, muy brillante, con tres bandas paralelas extendidas a lo largo de su cuerpo. Este aspecto que presenta externamente se debe a una cubierta constituida por tres hilos de cera blanca, en forma de prominencias o crestas, dispuestas longitudinalmente, una central más destacada y dos marginales menos prominentes (definido así por Reuther et al., en 1989). La cabeza termina estrechándose en una pequeña zona brillante.

Las hembras comienzan a producir una cubierta de cera semitransparente en el extremo posterior del exoesqueleto del cobertizo de la muda. La escama protectora del cuerpo es oval y elongada, presentando una cadena longitudinal color amarillo pardo en forma de concha. Su cuerpo debajo del escudo es de color variable, pudiendo mostrarse rojo, púrpura, anaranjado, amarillo o hasta oscuro. Holland, en 1968, la describió como en forma de concha de ostra y fusiforme, de color café o café negruzco, con una arista longitudinal central y un borde gris.

3. Daños y distribución de esta plaga

El ataque de esta plaga puede producirse en cualquier parte vegetativa de los cítricos, afectando a hojas, frutos, ramas y tronco, aunque es más probable en el tronco y las ramas principales, las cuales presentan un aspecto “encalado”, produciéndose un agrietamiento de la corteza, llegando a rajarse. Finalmente, pueden secarse algunas ramas, o incluso la planta entera.

Los daños provocados en el árbol son debidos a la alimentación del insecto, que succiona la savia, principalmente, de tronco y ramas y, en ocasiones, de hojas y frutos. De este modo, cuando el nivel de la plaga en el árbol es considerable, pueden observarse los siguientes síntomas:

• Reducción del vigor de la planta.
• Defoliación parcial.
• Aparición de grandes grietas en la corteza.
• Muerte de las ramas.
• Disminución de la producción de frutos.

Si la población no es controlada y reducida, persistiendo una alta infestación, la situación final del árbol será la muerte.

Esta plaga afecta a los cítricos de todo el país, por lo que su distribución se extiende por todo el territorio nacional. En este sentido, las infestaciones más fuertes se han detectado en entidades federativas tales como Veracruz, Morelos, San Luis Potosí, Colima, Distrito Federal, Puebla y Tamaulipas. En este último Estado se han reportado más de 16 municipios en los que la presencia de la escama nevada supuso ciertos daños a los cítricos de esas regiones.

4. Métodos de control de la escama de la nieve en cítricos.

Control cultural

El control cultural resulta fundamental a la hora de evitar la dispersión de este insecto en los campos de cultivo. Es importante destacar que la ninfa de la escama de nieve de los cítricos supone la fase móvil de su ciclo biológico. Por tanto, evitar su distribución en esta etapa es un aspecto clave para llevar a cabo un control eficaz. A este respecto, las ninfas pueden ser dispersadas por el viento, por los equipos de maquinaria agrícola o por los trabajadores en el campo. Además, la investigación ha demostrado que también pueden desplazarse al unirse a otras especies como, por ejemplo, los insectos polinizadores.

De este modo, los equipos agrícolas deben limpiarse antes de trasladarse a nuevos campos. De la misma manera, los trabajadores deben cepillarse la ropa antes de entrar a una nueva zona de cultivo.

Las labores de observación y vigilancia en las plantaciones de cítricos, así como en las parcelas colindantes también son de suma importancia, ya que la detección de la presencia de esta plaga puede suponer anticiparse a los daños, reduciendo así las pérdidas económicas.

Control biológico

El empleo de los insectos beneficiosos que ayudan a combatir las plagas es siempre altamente recomendable por su inocuidad, limpieza y ausencia de impacto medioambiental. Con respecto a Unaspis citri (escama nevada), ésta es fuertemente parasitada por varias especies de avispas, donde destaca la familia Aphelinidae, con 10 especies repartidas en tres géneros Aphytis, Encarsia y Aspidiotiphagus. También, la familia Encyrtidae, con el género Arrhenophagus.

Continuando con la lucha biológica, destacan entre los depredadores la familia Coccinelidae, con géneros como Exochomus e Hyperaspis. También Chilocorus cacti es un buen depredador (se ha encontrado alimentándose en Colima). En cuanto al uso de hongos entomopatógenos se ha reportado la presencia Aschersonia aleyrodis y Alexopoulus sp., con cierta efectividad.

Así pues, se emplean ya algunos enemigos naturales en la mayoría de zonas citrícolas de México, en los cuales se ha observado su importante labor de control. En Tecomán (Colima), se ha detectado que la escama de nieve es fuertemente parasitada, sobre todo cuando se localiza en el tronco de los árboles del limón mexicano.

Por lo tanto, los parasitoides y depredadores se encuentran establecidos, actuando en la mayoría de zonas citrícolas del país. Por esto, es importante protegerlos de las aplicaciones masivas de insecticidas que, en su mayoría, afectan drásticamente a las poblaciones de estos insectos benéficos.

Control químico

La acción de control de los enemigos naturales puede verse reducida con la aplicación de los tratamientos fitosanitarios en los campos de cítricos, especialmente los insecticidas con mayor impacto ambiental como los neonicotinoides, organoclorados u organofosforados. Incluso, los tratamientos que, en un principio, pueden parecer más inocuos, pueden resultar perjudiciales. Por ejemplo, las aplicaciones de azufre utilizadas para controlar los patógenos fúngicos afectan negativamente a la avispa parásita Aphytis lingnanensis.

De este modo, la elección del momento de aplicar los tratamientos fitosanitarios, así como los productos elegidos, deben ser seleccionados cuidadosamente, siendo recomendados por un técnico o asesor agrícola cualificado que conozca el tema.

Una buena recomendación a la hora de decidir si se debe aplicar un tratamiento es limpiar con un cepillo de mano una sección del tronco, para determinar si los rastreadores de la escama de nieve de los cítricos están activos, revisando la misma sección una semana después. De este modo, la necesidad de realizar dicha aplicación será evidente cuando se observen grandes poblaciones de ninfas en parches de corteza que se habían limpiado con el cepillo la semana anterior.

Siempre hay que reseñar que el control químico no es un método criticable, siempre y cuando se realice de manera responsable y, a ser posible, se pueda integrar conjuntamente con los demás métodos de control, haciendo, por tanto, una estrategia eficaz, a la vez que responsable.

Autor: Dpto. Agronomía Infoagro