Es un subproducto molturado resultante de la obtención de aceite de la semilla de girasol. Dependiendo de la procedencia, la harina puede ser con o sin cascarilla, por lo que el contenido en fibras puede variar. La harina de girasol es un producto muy palatable y de buena digestibilidad. Por su contenido en fibra relativamente alto, es un ingrediente interesante para rumiantes, conejos y cerdas reproductoras.