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ABEJAS Y CÍTRICOS: 
EFECTOS EXTERNOS DERIVADOS DE LA POLINIZACIÓN CRUZADA (1ª parte)
Bees and citrus fruits: external effects derived from the crossed pollination

1.-Introducción
2.-Aspectos Técnicos Relevantes De La Citricultura Y La Apicultura.
3.-La Ordenación De Las Relaciones Entre Ambos Sectores. Tradición Y Regulación Pública.
3.1.-Acuerdos Tradicionales Sin Intervención Del Sector Público.

3.2.-Regulación Pública.
4.-Aportaciones Del Análisis Económico.
5.-Conclusiones.
6.-Bibliografía

 
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RESUMEN 

En este artículo se plantea la tradicional relación entre la citricultura y la apicultura valencianas desde el punto de vista de la generación de efectos externos de mercado entre ambas actividades productivas. En la literatura económica esta relación se ha venido utilizando como un claro ejemplo de efectos externos de mercado de tipo recíproco o mutuo y positivo para la defensa del conocido esquema de impuestos y subvenciones pigouvianos. Pero, a partir de la década de los noventa observamos que en la Comunidad Valenciana se presenta una situación no considerada hasta entonces: la generación de efectos externos negativos de la apicultura sobre la citricultura por la modificación en la calidad de ciertos cítricos que supone la aparición de semillas en los frutos como consecuencia de la actividad polinizadora de las abejas. 

El artículo analiza, desde la perspectiva de la economía pública, todas las posibles relaciones de interdependencia -positivas y negativas- entre ambos sectores productivos así como la solución aplicada por la Administración Pública Valenciana para interiorizar el efecto externo negativo antes mencionado. Una evaluación económica crítica y rigurosa que contemple los costes y beneficios de la intervención pública para ambos sectores y para la sociedad en general sugiere debatir y plantear también otras alternativas, quizás no exclusivamente desde la óptica reguladora. 

1. INTRODUCCIÓN

El problema de la interdependencia entre ciertas actividades de producción agraria, por una parte, y la apicultura, por otra, ha sido uno de los ejemplos tradicionales utilizados desde hace varias décadas como ejemplo de generación de efectos externos de mercado entre productores, de forma recíproca o mutua, y positiva. Desde un primer momento, los economistas utilizaron este ejemplo para defender el conocido esquema de impuestos y subvenciones pigouvianos como método de interiorización de los efectos externos. Posteriormente, otros trabajos, desde la perspectiva de la Economía del Derecho, muestran que, en realidad, se pueden estar dando soluciones contractuales entre las partes sin necesidad de intervención pública.

Con estos antecedentes, en este artículo analizamos un caso particular como es el de la tradicional relación entre la citricultura y apicultura valencianas. Ambas actividades han coexistido desde los mismos inicios de su implantación en la Comunidad Valenciana. Consideramos necesario revisar cuáles han sido las figuras jurídicas consuetudinarias que han regulado las relaciones entre ambos sectores productores. Durante mucho tiempo los pactos privados entre las partes han sido suficientes, sin que se haya producido, apenas, una regulación pública externa. Esta primera etapa se caracteriza por una relación entre ambas actividades que encaja con la visión tradicionalmente señalada en la literatura económica y que es de efectos externos positivos. Esta convivencia con efectos mutuamente beneficiosos se rompe en la década de los noventa, pasando a una situación de protagonismo de la regulación pública al detectarse un problema hasta entonces inexistente y, por tanto, no considerado en la literatura anterior, como es la generación de efectos externos negativos de una actividad sobre otra: los efectos de la polinización cruzada que la apicultura produce sobre los cítricos. Es decir, la modificación en la calidad de ciertos cítricos al aparecer semillas en los frutos como consecuencia de la actividad polinizadora de las abejas. En el apartado tercero de este artículo analizaremos la evolución que ha experimentado, al respecto, la regulación pública valenciana en los últimos años, así como cuáles han sido las bases científico-técnicas de la misma.

Actualmente la regulación pública ha tomado una orientación muy precisa: restringir la actividad de los apicultores en las áreas citrícolas, prohibiendo el emplazamiento de colmenas en una distancia mínima a las explotaciones de cítricos. Nos encontramos así ante una situación de gran tensión entre dos sectores que, como hemos señalado antes, han coexistido y se han favorecido mutuamente durante muchos años. Por una parte, un sector tan importante para la economía valenciana como es la citricultura, ha visto cómo, en los últimos años, aparecían graves problemas para la comercialización de ciertas variedades de cítricos, así como la posible pérdida de cuotas de mercado. Por otra parte, la apicultura, un sector no tan importante por su peso en el total de producción agropecuaria pero sí por otros aspectos cualitativos como su tradición histórica -basada en las especiales condiciones climatológicas de las tierras valencianas que han permitido el desarrollo de dicha actividad-, los conocimientos profesionales y experiencia acumulada a lo largo de generaciones en este sector, así como los beneficios derivados de un producto de utilización y consumo humano tan ligado a su entorno físico (miel de azahar), ve peligrar su futuro.

A la vista de estos hechos, nos planteamos interrogantes como: la regulación pública ¿era la única vía de solución? En caso de existir otras alternativas, ¿era la mejor? ¿El problema se reduce a la insuficiencia en las indemnizaciones pactadas o es algo más que una cuestión meramente monetaria? ¿Tiene algo que decir el consumidor respecto de la posible desaparición de un producto insustituible como la miel de azahar valenciana? ¿Es este un caso del funcionamiento de los lobbies a la hora de influir en las decisiones públicas a través de los informes de los expertos? Todas estas cuestiones son las que nos conducen a analizar este caso tan peculiar de efectos externos de mercado desde una perspectiva económica amplia. Para ello, dedicamos el apartado dos a los aspectos técnicos más relevantes de los sectores implicados, destacando tanto el origen del problema como la intensidad del mismo en función de las variedades de cítricos afectados por la polinización cruzada. A continuación, en el siguiente apartado revisamos tanto la evolución que ha seguido la regulación pública valenciana de las relaciones entre los dos sectores implicados, así como los pactos privados que tradicionalmente han regido estas relaciones. Esta última cuestión merece un comentario adicional. Los pactos tradicionales consuetudinarios que ordenan el comportamiento de productores y/o consumidores no suelen ser tan fáciles de encontrar como los textos legales y, quizás por ello, le pasan más desapercibidos al investigador. Esta dificultad no significa que no existan normas comúnmente aceptadas que han regido y funcionado durante largos períodos de tiempo. Creemos necesario conocer este aspecto en la medida en que pueden contribuir al análisis de otras soluciones alternativas. En el apartado cuarto utilizamos el análisis económico, fijando nuestra atención tanto en los tradicionales instrumentos de interiorización de efectos externos de mercado como en la necesaria cuantificación de los costes y beneficios de cada una de las posibles soluciones alternativas. Finalizamos este artículo con unas conclusiones en las que, además, planteamos la necesidad de llevar a cabo ciertas investigaciones empíricas, como por ejemplo una valoración del consumidor acerca de los productos implicados. 

2. ASPECTOS TÉCNICOS RELEVANTES DE LA CITRICULTURA Y APICULTURA.




Debemos destacar que nuestro interés en este caso se limita a los efectos que ambas actividades productivas generan entre sí fuera de las habituales relaciones de mercado. Es decir, nos interesa estudiar de qué manera el nivel de producción de una actividad acaba afectando directamente a la otra bien a través de sus costes de producción o bien a través de las características intrínsecas de los productos y, por lo tanto, al precio que estos productos pueden conseguir en los mercados.

Centrándonos, en primer lugar, en los efectos que genera la apicultura sobre la citricultura cabe referirse a dos efectos de signo opuesto: a) los posibles efectos positivos en el nivel de producción de los cítricos como consecuencia de la actividad polinizadora de las abejas y b) los efectos negativos sobre la calidad de los frutos producidos por esta polinización.

En cuanto al primero de los efectos (positivo), los estudios técnicos consultados no aportan una cuantificación de este efecto. Ahora bien, las opiniones de los profesionales del sector parecen indicar que el número de frutos de un naranjo (o cualquier otra variedad citrícola) no depende fundamentalmente de la actividad polinizadora de las abejas. Es decir, la polinización necesaria para la aparición de frutos se lleva cabo también por medio de otros agentes como el viento u otros insectos, no siendo por tanto imprescindible y ni siquiera relevante la presencia de abejas para determinar el nivel de producción. Esto explicaría el tipo de acuerdos que tradicionalmente se han venido dando entre los profesionales de ambos sectores y que se comentarán en el apartado siguiente.

En cuanto al segundo de los efectos mencionados (negativo), pretendemos clarificar cómo la actividad polinizadora puede afectar negativamente a la calidad intrínseca de los cítricos y, por tanto, de forma indirecta a los precios del producto. La calidad intrínseca de los cítricos podemos definirla como un vector de características, a saber:
- La calidad gustativa de los frutos (contenido en zumo, naturaleza de los componentes aromáticos, cantidad de azúcares y ácidos y equilibrio entre estos), 
- El tamaño del fruto.
- La textura.
- El color.
- La facilidad de pelado.
- La ausencia de semillas.

Es precisamente esta última característica a través de la que la actividad polinizadora de las abejas puede afectar a la calidad de los cítricos. Ahora bien, la presencia de semillas como consecuencia de la actividad polinizadora de las abejas no tiene la misma incidencia en todos los cítricos, por lo que nuestro análisis se va a centrar exclusivamente en aquellos casos en los que el problema es más importante, cual es el caso del mandarino. Es esta, además, una variedad cuya presencia en la Comunidad Valenciana está muy arraigada. Las primeras plantaciones de mandarino Común en España se inician en la provincia de Castellón a mediados del siglo XIX. Hasta principios del siglo XIX representó una parte importante del total de cítricos y hasta la década de los sesenta fue la especie de mandarinos más cultivada. En ese momento fue superada por otras variedades de mandarino como son la Clementina y la Satsuma. En la década de los sesenta se empiezan a propagar una serie de variedades de mandarino de gran importancia comercial como son la Satsuma Clausellina y las Clementinas Oroval y de Nules. A estas se van añadiendo progresivamente nuevas variedades de Clementinas como son la Marisol y la Hernandina y otras mandarinas que tendrán gran interés para el problema que nos ocupa como son la Nova o Clemenvilla, Fortune, Ortanique y Ellendale. 

La propagación de estas nuevas variedades viene propiciada por el interés comercial de las mismas. Por una parte permiten desestacionalizar la oferta al aumentar el número de períodos óptimos para la exportación de los frutos, evitando la saturación de los mercados en momentos puntuales. Por otra parte, las nuevas características intrínsecas de estos frutos altamente valoradas por los consumidores y que se refieren básicamente al tamaño óptimo (reducido) de los mismos y a la facilidad de pelado. 
Se observa que a medida que aumenta la producción de estas variedades aparece una característica no esperada y no deseada en estos y otros cítricos y que, como hemos visto, incide en la calidad global del producto, como es la aparición de semillas. El problema, además, crece exponencialmente conforme aumenta la producción de estas variedades, ya que aumenta tanto el número de frutos que sufre la aparición de semillas como el número medio de semillas por fruto.

Algunos estudios (Pons y otros, 1995) determinan que la presencia de semillas se debe principalmente a la polinización cruzada que tiene lugar entre los mandarinos citados (de nueva implantación) y el resto de las variedades cultivadas. Dado que este proceso de polinización cruzada es el factor determinante del efecto externo entre ambas actividades productivas, creemos conveniente aclarar algunos conceptos técnicos acerca de la polinización. 
La polinización consiste en el transporte de polen desde las anteras hasta los estigmas de las flores. Esta polinización puede efectuarse tanto mediante polen procedente de la misma planta como de otra distinta. En el primer caso nos referimos a la autopolinización y en el segundo a la polinización cruzada. No obstante, para que desde el punto de vista genético haya diferencia entre ambos tipos de polinización es preciso que la cruzada se dé entre plantas de constitución genética distinta, ya que en otro caso equivaldría a una autopolinización. 

Otro concepto relevante a nuestros efectos sería la predisposición genética de las plantas a generar semillas tanto en el caso de la autopolinización como en la polinización cruzada. Es lo que se conoce como compatibilidad o incompatibilidad, según se generen o no semillas en la polinización. Pueden generarse semillas en dos casos: autopolinización en una variedad autocompatible y polinización cruzada entre variedades compatibles. 

En el primer caso, según estudios del Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (Bono y otros, 1999), las variedades de mandarina autocompatibles y que, por tanto, pueden generar semillas por autopolinización, son Mandarino Común, Ellendale, Kara y Wilking. Cabe resaltar que aunque se trate polinización en una misma planta, dadas las características intrínsecas del polen de los cítricos (Krezdorn, 1986) de carácter pesado y pegajoso es muy poco probable que el viento sea el único agente polinizador, aunque puede resultar un factor coadyuvante de la misma. Por tanto, la participación de las abejas ayuda también a efectuar la autopolinización que, como ya se ha dicho producirá semillas en algunas variedades.

Ahora bien, el caso de la polinización cruzada es más problemático. Los posibles cruces entre variedades compatibles convierte a la polinización cruzada en la principal protagonista de la aparición de semillas. El número de variedades intercompatibles es mayor que el de autocompatibles y la posibilidad de generación de semillas se ve incrementada por el gran número de combinaciones o cruces posibles entre estas variedades.

Como ejemplo de lo anterior, puede observarse la siguiente TABLA Nº1 sobre la generación de semillas cuando actúan como progenitores masculinos las variedades de mandarino más problemáticas a estos efectos. 

POLINIZACIONES CRUZADAS
Media aritmética de semillas encontradas

 

Afourer

Ellendale

E’-5

Fortune

Nova

Ortanique

Primosole

Satsuma Okitsu

 

0

     

1

 

Arrufatina

 

6

12

14

15

4

 

Beatriz

     

20

18

1

 

Clementina Fina

       

13

   

Clement. Nules

27

11

30

24

11

2

26

Esbal

 

1

 

11

     

Hernandina

19

1

30

23

21

3

 

Loretina

     

18

17

4

 

Marisol

9

2

8

10

6

0

 

Oronules

 

6

13

13

16

5

 

Oroval

 

9

 

10

7

0

 

Afourer

     

9

10

7

 

Ellendale

 

14

 

32

36

   

E’-5

   

NO

13

5

   

Fortune

26

24

27

NO

19

13

27

Nova

24

22

27

23

NO

17

 

Ortanique

25

2

22

26

23

NO

 

Primosole

     

18

     

Limón Verna

 

6

 

8

9

8

 

Pomelo S.Ruby

 

2

 

3

2

2

 

NOTAS: Las casillas en blanco indican que no existen datos por el momento.
NO indica que no hay semillas (por cruzamiento incompatible).
FUENTE: Bono y otros (1999).

Los datos disponibles cuando las variedades que hemos considerado problemáticas actúan como progenitores femeninos indican que también se producen semillas en la mayoría de clementinas . 
Cabe destacar también que estos datos corresponden a polinizaciones dirigidas. Lógicamente, el número de semillas que se forma cuando la polinización se desarrolla de forma natural será inferior al que aparece en la Tabla nº1, dependiendo, entre otras cosas, de la población de abejas y de la climatología en la época de floración de los cítricos. En este sentido, hay que hacer notar que para que la polinización se produzca de forma natural debe haber una coincidencia en los estados fenológicos de las variedades compatibles. Es decir, deben coincidir en el tiempo, en todo o en parte, flores abiertas de las distintas variedades. Para el caso de la Comunidad Valenciana, según el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias, esta coincidencia en las variedades mencionadas se produce, aproximadamente, entre el 15 de abril y el 7 de mayo de cada año (Bono y otros, 1999).

Por otra parte, hay algunas cuestiones de técnica apícola que conviene mencionar, pues resultarán fundamentales para una correcta evaluación de la regulación pública. En primer lugar, cabe destacar que las plantaciones de cítricos en época de floración suponen, en palabras de los propios apicultores un "paraíso" para las abejas y, por tanto, con efectos positivos relevantes tanto a nivel de producción de miel como de aumento en el número de abejas. La gran concentración floral existente en primavera en la Comunidad Valenciana favorece no sólo la existencia de un producto como la miel de azahar con una elevada productividad apícola en relación con otros cultivos sino también el incremento en el número de abejas en las colmenas consecuencia de la gran actividad recolectora de polen, ya que la abundancia de polen y trabajo favorecerá la procreación. Esto, que en realidad equivale a un entrenamiento y preparación de las abejas, conllevará también una mayor productividad cuando, acabada la época de floración de cítricos, las colmenas sean trasladadas a otras regiones para aprovechar otras floraciones. En efecto, la trashumancia en el sector apícola es una práctica habitual e importante en la Comunidad Valenciana desde antiguo, aprovechando así al máximo las distintas floraciones existentes en el país. Esta técnica, en comparación con lo que supondría una alimentación artificial de las abejas, aumenta en general la productividad de las colmenas y diversifica la producción (distintos tipos de mieles, que luego se venderán a distintos precios), lo cual se traduce en una mayor rentabilidad para el apicultor. 

En el caso de la Comunidad Valenciana la trashumancia suele practicarse después de la temporada citrícola instalando las colmenas en montes buscando las flores labiadas, principalmente cantueso y espliego. Estos montes pueden ser de titularidad tanto pública (municipal o autonómica) como privada. En este último caso se pacta una remuneración en metálico o en especie (a través de parte de la cosecha de miel). En el supuesto de titularidad pública o bien se establece un canon por colmena o bien se realiza una subasta pública para adjudicar los asentamientos. No obstante, algunas Comunidades Autónomas han autorizado el aprovechamiento gratuito de sus montes para los apicultores, en reconocimiento a la labor que presta la apicultura preservando el medio natural, al contribuir a la conservación y propagación de la cubierta vegetal, en un momento de clara disminución de la polinización natural efectuada por otros insectos debido al crecimiento de la agricultura extensiva que reduce los espacios naturales, al efecto de los tratamientos fitosanitarios en la agricultura, así como a otros efectos más generales que se están produciendo en el medio ambiente, como son la desertización, los incendios, etc. Convendrá tener presente este hecho para hacer una correcta valoración de las medidas reguladoras de la administración pública.

3. LA ORDENACIÓN DE LAS RELACIONES ENTRE AMBOS SECTORES. TRADICIÓN Y REGULACIÓN PÚBLICA.

Los dos sectores implicados han convivido durante mucho tiempo ordenando sus relaciones y teniendo en cuenta, para ello, los posibles efectos positivos y/o negativos que una actividad ejercía sobre la otra. En esta sección pretendemos analizar las dos vías que han regido estas relaciones. Por una parte, los acuerdos tradicionales, consuetudinarios, sin intervención del sector público y, por otra, la más reciente, la regulación pública de estas relaciones. En todo caso nos referiremos básicamente a la Comunidad Valenciana donde, como se ha dicho en más de una ocasión, la convivencia entre la citricultura y la apicultura es histórica. 

3.1.- Acuerdos tradicionales sin intervención del Sector Público.

Dado que los acuerdos tradicionales están basados en la costumbre arraigada en el transcurso de los muchos años de convivencia entre ambos sectores, no es fácil encontrar información documentada sobre los mismos, lo cual no impide que podamos disponer de información, si bien en este caso procederá -casi siempre- de forma directa de los mismos agricultores y apicultores. 
Como se ha comentado anteriormente, la larga convivencia de más de dos siglos entre la apicultura y la citricultura ha sido entendida como mutuamente beneficiosa para ambos sectores productivos. La forma tradicional de operar en la Comunidad Valenciana era la de solicitar, por parte de los apicultores, un permiso de asentamiento de colmenas al propietario de la explotación de cítricos. Este último, habitualmente ha concedido estos permisos conociendo los efectos beneficiosos para su explotación derivados de la actividad polinizadora de las abejas. El acuerdo, casi siempre verbal, incluía la abstención del apicultor, ante el aviso del propietario de la explotación de cítricos de que iba a realizar tareas agrícolas en su explotación, de abrir las colmenas en momentos o períodos puntuales. En el caso valenciano en particular, tales acuerdos incluían remuneraciones por parte del apicultor, en forma de miel, al agricultor.

Curiosamente en el caso valenciano, y al contrario de lo que ocurre en otros países como los EE.UU, Canadá o Japón, no son habituales los contratos de polinización requeridos por los agricultores a los apicultores. En estos casos, las remuneraciones dependían del tipo de cultivos a polinizar, dado que los beneficios mutuos varían por tipos de cultivos. Hay cultivos en los que el servicio polinizador no produce excedentes de miel para el apicultor y, por tanto, se pactan remuneraciones que también en algunos casos son en especie y otros en los que sí y ésta entra dentro del cómputo de la remuneración. El hecho de que en la Comunidad Valenciana habitualmente sea el apicultor quien debe solicitar permiso de asentamiento al agricultor puede deberse a que en el caso de los cítricos y, en comparación con otros muchos cultivos, los beneficios derivados de la polinización son más bien escasos . En cambio, los beneficios para la producción de miel que suponen las explotaciones citrícolas son bien conocidos por los apicultores por la enorme concentración floral que suponen las explotaciones citrícolas en la Comunidad Valenciana, hecho que incentiva la trashumancia en el sector apícola, trasladando sus colmenas a esta comunidad, en la época de floración de los cítricos, un gran número de apicultores de otras regiones de España.


 

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