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AGRICULTURA ECOLÓGICA (1ª parte)

Autora: María del Pilar Romera Pérez
Ingeniera Técnica Agrícola e Ingeniera Agrónoma

Colaborador: Luis Guerrero
Ingeniero Técnico Agrícola

Capítulo I.- La Agricultura Ecológica Como Solución A Los Problemas Planteados Por La Agricultura Convencional

I.- Técnicas Actuales De La Agricultura Y Principales Consecuencias De Su Ejecución
1.- La Agricultura Industrial
2.- Consecuencias De Las Técnicas Actuales
2.1.- Alto Coste Energético
2.2.- Pérdida De Fertilidad De Los Suelos
2.3.- Problemática Del Monocultivo
2.4.- Contaminación De Los Recursos Naturales Y Del Medio Ambiente
2.5.- Pérdida De La Calidad Natural De Los Alimentos

2.6.- Repercusión Del Desarrollo De La Agricultura Industrial

II.- Sistemas Alternativos De Producción Agrícola En Sintonía Con El Ambiente
1.- Técnicas Empleadas En Agricultura Ecológica
1.1.- Laboreo Y Mecanización
1.2.- Asociación Y Rotación De Cultivos
1.3.- Fertilización En Agricultura Ecológica
1.3.1.- Fertilización Orgánica
1.3.2.- Fertillización Inorgánica
2.- Hierbas Adventicias
3.- Plagas Y Enfermedades

Capítulo II.- Canales De Comercialización De Productos Ecológicos

I.- Introducción
II.- Mercado Exterior
III.- Mercado Interior
IV.- Puntos De Venta De Los Productos Ecológicos
V.- El Consumo De Productos Ecológicos Y Medidas Para El Desarrollo Del Mercado

Capítulo III.- Importancia De La Materia Orgánica En La Agricultura Ecológica

I.- Desarrollo Histórico De La Investigación Del Humus Del Suelo
II.- Naturaleza De La Materia Orgánica Del Suelo
III.- Papel De La Materia Orgánica En La Formación Del Suelo Y En La Creación De Su Fertilidad

 
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CAPÍTULO I.- LA AGRICULTURA ECOLÓGICA COMO SOLUCIÓN A LOS PROBLEMAS PLANTEADOS POR LA AGRICULTURA CONVENCIONAL

I.-TÉCNICAS ACTUALES DE LA AGRICULTURA Y PRINCIPALES CONSECUENCIAS DE SU EJECUCIÓN

1.- LA AGRICULTURA INDUSTRIAL

Desde el inicio, a principios de la Segunda Guerra Mundial, del movimiento agrícola conocido como revolución verde, hemos podido presenciar el desarrollo de una agricultura que más que convencional, como se suele denominar, podríamos llamar industrializada. Esto último responde fundamentalmente al empleo de abonos químicos y pesticidas, a la producción de nuevas variedades de aspecto más atractivo y a la progresiva mecanización de la forma de cultivo más practicada: el monocultivo.

Todo lo dicho inicialmente dio lugar a un sorprendente incremento de los rendimientos por unidad de superficie, lo cual hizo creer al sector agrícola que en las futuras generaciones se produciría el mismo efecto. Pero verdaderamente el efecto más inmediato ha sido la necesidad de intensificar el abonado químico y el empleo de productos fitosanitarios, lo que lleva al progresivo enriquecimiento de las industrias dedicadas a la fabricación de los productos citados y a la inevitable degradación del ecosistema. 

Una muestra del gran aumento de la producción agrícola alcanzado en las primeras fases del desarrollo de la agricultura convencional o industrializada, se encuentra en la tabla 1, donde pueden observarse los incrementos mundiales registrados de las cosechas de cereales, leguminosas, oleaginosas, fibras y raíces, para el periodo 1929-1979. 

De la tabla se deduce que el producto final se sextuplica en el caso del arroz, se cuadruplica en el del trigo, maíz y cebada, se duplica en el de la patata y se eleva notablemente en el de la soja y la colza. Los rendimientos unitarios siguieron un proceso parecido, pero con un mayor incremento a partir de 1949, duplicándose en algunos casos (girasol, maíz y sorgo) los valores iniciales. 

Posteriormente se ha ido produciendo una disminución de los incrementos de la productividad, especialmente en aquellos países que más tempranamente adoptaron las técnicas de la revolución verde, tal y como se refleja la tabla 2.

2.- CONSECUENCIAS DE LA APLICACIÓN DE LAS TÉCNICAS ACTUALES

La disminución de los incrementos de las producciones es tan sólo uno de los efectos que surgen de la práctica de la agricultura convencional, a la que hay que sumarle las siguientes consecuencias (Labrador y Guiberteau, 1990).

Tabla 1: De arriba a abajo en cada grupo de tres cifras: superficie (en miles de hectáreas), producción (en miles de toneladas) y rendimiento (en toneladas por hectárea) de algunos de los principales cultivos mundiales.

CULTIVOS 1929/30 1949 1974 1979

CEREALES
trigo

99.919*
95.202
0,95

134.600
141.500
1,05

224.712
360.231
1,92

237.185
415.810
1,75

cebada

30.756
39.622
1,29

37.800
42.300
1,12

88.909
170.858
1,92

98.818
176.031
1,78

maíz

74.180+
110.192
1,49

84.200
138.600
1,65

116.709
292.990
2,51

120.052
384.744
3,21

arroz

53.400*
57.607
1,08

91.400
150.100
1,64

136.791
323.201
2,36

145.959
377.769
2,59

sorgo


-

28.300
20.800
0,73

42.524
6.908
1,10

51.980
67.816
1,31

LEGUMINOSAS
soja

-
-
-

12.300*
13.800
1,12

44.478
56.083
1,26

56.816
94.288
1,66

OLEAGINOSAS
girasol

-
-

3.100*
1 .850
0,60

8.963
11.138
1,24

12.027
15.068
1,25

colza

-
-

8.810
4.930
0,56

9.303
7.227
0,41

12.655
10.824
0,86

FIBRA
algodón

33.144
5.918
0,18

26.500
6.170
0,23

33.754
13.693
0,41


14.050

RAIZ
patata

13.517
136.522
10,1

12.800
143.900
11,2

21.931
293.724
13,4

18.350
284.471
15,5




(*): Excepto U.R.S.S. y China.
(+): Excepto U.R.S.S.

Fuente: García Dory. Formación de asesores en agricultura ecológica (1985).

2.1.- Alto coste energético

Se produce debido a la progresiva disminución de la relación energía obtenida/energía utilizada en su producción, lo cual resulta preocupante si consideramos por un lado que se trata de energía fósil, y por consiguiente agotable en un plazo determinado de décadas, y por otro, que los fertilizantes, fundamentalmente los nitrogenados, son productos de elevado consumo energético. De este modo, el nitrógeno consume de 15 a 20 termias.kg-1, el fósforo de 3 a 15 termias.kg-1 y el potasio de 1 a 2 termias.kg-1, y además estos fertilizantes constituyen del 20% al 50% de los consumos agrícolas de fuera del sector y responden al 24% del consumo energético total de la explotación.

Tabla 2: Tasa de crecimiento de la productividad agraria (tasa compuesta anual en porcentaje).

REGIONES MUNDIALES O PAÍSES

PRODUCTIVIDAD
1950-1980

PRODUCTIVIDAD
1972-1980

DESARROLLADOS    
Estados Unidos 2,1 1,5
Europa occidental 2,3 1,9
Japón 2,0 2,5
SUBDESARROLLADOS    
América latina 1,3 1,4
África del norte 2,3 2,4
Sudeste asiático 2,1 1,4
     
TOTAL MUNDIAL 2,2 1,8

Fuente: García Dory. Formación de asesores en agricultura ecológica, (1985). 

2.2.- Pérdida de fertilidad y erosión de los suelos

Están causadas por la excesiva explotación a que están siendo sometidos: la utilización de alarmantes dosis de abonos químicos, que ha hecho olvidar el papel fundamental de las aportaciones orgánicas; ha dado lugar a un empobrecimiento de las tierras en humus que afecta a su fertilidad, mullimiento, vida microbiana, estabilidad estructural etc.

La erosión del suelo es un proceso originado por los agentes naturales - vientos, lluvias, aguas, nieves, etc.- que actuando sobre aquél atacan y perjudican su integridad, le arrebatan sus elementos constitutivos que transportan a otros lugares... La erosión inducida es la fomentada por las actividades del hombre interfiriendo en el equilibrio normal entre la formación del suelo y su traslado (Abreu, 1975).

Así, prácticas habituales como la quema de rastrojos han producido y producen impactos duraderos e irreversibles, como la destrucción de la materia orgánica y la microestructura del suelo, y la erosión y la pérdida de fertilidad en la mayor parte de los suelos del área mediterranea; son 6.400 millones de toneladas de suelo fértil las que desaparecen cada año en Europa a causa de la erosión (Toharia, 1988).

Esta asoladora erosión se extiende por el levante español y de forma particular en Andalucía oriental, sobre todo en las provincias de Almería, Granada y Jaén, zonas señaladas de "mayor riesgo" en el mapa mundial elaborado con ocasión de la celebración de la conferencia de Nairobi sobre desertificación de 1977.

En síntesis, la agricultura se convierte en una actividad favorecedora de la erosión de los suelos desde el momento que elimina o reduce la protección vegetal de los mismos y permite que éstos se mantengan desnudos por largos periodos de tiempo, en ocasiones coincidiendo con la máxima virulencia de los agentes erosivos. Y por otra parte, el material erosionado contiene una particular riqueza frente al que queda. Contiene aquél 21 veces más materia orgánica, 2,7 veces más nitrogeno, 3,5 veces más fósforo asimilable y 19,3 veces más potasio intercambiable. La significación económica de estos datos no necesita de mayor comentario ( Agricultura y erosión en la cuenca del Guadalquivir, por Manuel Clavero Salvador y Juán Mena Cabezas. Jornadas de agricultura ecológica, 1985).

En este apartado juega un papel muy importante la denominada agricultura marginal, que es aquella que se desenvuelve tanto sobre terrenos que no reunen las condiciones necesarias para el aprovechamiento agrícola como en aquéllos donde no se da la necesaria adecuación entre aptitud de los suelos y cultivos y técnicas agronómicas y de conservación. Por tanto cabría citar los estudios realizados en las provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla para la elaboración de los Planes Especiales y las Directrices Territoriales para la protección del Medio Físico (programa desarrollado por la Consejeria de Política Territorial y Energía de la Junta de Andalucía. Los estudios técnicos para estas provincias han sido realizados por VERDE. Estudios Territoriales Urbanos y Ambientales, S.A.).

2.3.- Problemática del monocultivo

Grandes superficies dedicadas a un solo cultivo debilitan a éste favoreciendo la aparición de plagas y resistencias, y por tanto el abuso de productos fitosanitarios. La explicación de este hecho reside (Juan Fernández. Recursos genéticos. Jornadas de agricultura ecológica, 1985) en la introducción a gran escala de las llamadas "Variedades de alto rendimiento" (HYV = High Yield Varieties), que son realmente "Variedades de alta respuesta" para fertilizantes y las técnicas de cultivo extensivas (tratamientos fitosanitarios, mecanización, etc.). Así pues, se presenta una gran homogeneidad varietal con muchos cultivos, sobre todo en los que se emplea semilla híbrida (F1). Un ejemplo ilustratrivo del problema podría ser el de la variedad de trigo "Siete carros", que fue introducida hace unos años y destruida en poco tiempo por las enfermedades criptogámicas.

El uso de estas variedades, obtenidas en los centros de investigación de los países más avanzados, conduce a otras situaciones problemáticas, como son:

- La alta dependencia económica de los países sin investigación propia respecto de los más desarrollados.
- La constante pérdida de ecotipos y poblaciones locales de muchas especies de cultivo (sobre todo de hortícolas), que genera la desaparición de futuras fuentes de resistencia a plagas, enfermedades y condiciones adversas.
- Y por último se da lugar a una importante pérdida de las cualidades nutritivas y organolépticas por la introducción de variedades muy aptas para el procesado industrial o el transporte, con gran resistencia mecánica y uniformidad, etc.

Pero la problemática del monocultivo no acaba aquí, sino que se extiende con el exceso de mecanización, que debido a sus características repercute en la conservación del suelo y el medio así como en la dependencia económica antes citada.

2.4.- Contaminación de los recursos naturales y del medio ambiente

Debido al empleo indiscriminado de fertilizantes y todo tipo de productos químicos se presentan los siguientes problemas en las aguas tanto superficiales como subterraneas:

- Acumulación de nitritos y fosfatos, que se traduce en una pérdida de la potabilidad. 
- Eutrofización de las aguas continentales y mares costeros, al aumentar hasta niveles nocivos los productos orgánicos e inorgánicos derivados de aguas residuales y fertilizantes agrícolas, originando graves cambios en las características del medio y desoxigenación de las aguas profundas.
- Salinización de los acuíferos por sobreexplotación de las aguas subterráneas.

Toda esta problemática se extiende a los suelos de uso agrícola, ya que si las aguas están contaminadas, y las empleamos para el riego, terminaremos por contaminar también el suelo de cultivo.

El fenómeno de la contaminación atmosférica no se puede separar de los anteriormente mencionados, así como de los efectos de los residuos contaminantes sobre seres animados o inanimados e incluso sobre las propiedades de la atmósfera misma (reducción de la visibilidad, absorción o difusión de la radiación solar y terrestre, alteración del balance de calor del sistema tierra-atmósfera con las posibles influencias sobre el tiempo y el clima locales, etc.).

En realidad, para hablar acerca de la contaminación atmosférica debería haber comenzado por definirla. Así, según Puigcerver (1979), diríamos que se trata de la impurificación de la atmosfera por inyección y permanencia temporal en ella de materias -gaseosas, líquidas o sólidas- ajenas a su composición normal o en proporción claramente superior a la de aquélla. Para el autor estas sustancias no son necesariamente tóxicas, nocivas o irritantes, ni son siempre antropogénicas, aunque son estas últimas, y concretamente las relacionadas con la actividad agrícola, las que en este apartado son cuestionadas. De aquí surge una polémica mostrada en algunas de las publicaciones (Dávila Zurita, 1992).

Pero éste es un tema muy complejo que podría constituir por sí solo un extenso trabajo y requiere un profundo conocimiento en meteorología y otros aspectos concernientes al comportamiento físico de la atmosfera. Por tanto me limitaré a citar algunos ejemplos representativos: así tenemos el caso del sector de los abonos nitrogenados, en el que se liberan como pérdidas al aire amoniaco, ácido nítrico, particulas de nitrato amoniacal y urea. La emisión de polvo de urea alcanza los 3 kg.t-1 de urea producida. Por otro lado, en la fabricación del ácido nítrico se produce la emisión de un vapor rosado cargado de óxido de nitrógeno. También en la fabricación de los abonos fosfatados las emisiones de polvo, flúor y la producción de yeso fosfórico son las causantes de los principales problemas.

2.5.- Pérdida de la calidad natural de los alimentos

Entendemos por calidad toda aquella relacionada con el contenido nutritivo (proteinas, vitaminas, oligoelementos, etc.), con sus características organolepticas (aromas, olores y sabores) y con la simultánea ausencia de productos tóxicos o contaminantes (pesticidas, drogas, etc.). Es decir, no solamente los aspectos puramente externos del producto, aunque estos también puedan tener su importancia (Agricultura ecológica, conceptos, valores y situación actual en España por Miguel Angel García Dory. Formación de asesores en agricultura ecológica, 1985).

Los abonados desequilibrados y la forma en que éstos se suministran al suelo, como sales solubles y no bajo forma orgánica, modifican profundamente la bioquímica de la planta. Por tanto, los abonos químicos alteran la composición de los alimentos. Según Cerisola (1989), el uso de abonos nitrogenados puede causar algunos efectos negativos:

- Disminución del contenido de ácidos esenciales en las proteínas, con un incremento de la proteína bruta debido al aumento del nitrógeno no proteico y de aminoácidos no esenciales. En este sentido, debe recordarse que el exceso de nitrato en el suelo da lugar a la formación de nitritos en las plantas, que posteriormente se transforman en nitrosaminas, es decir, en agentes cancerígenos.
- Aumento del contenido de nitratos.
- Disminución del contenido de oligoelementos, por descuidar su aporte o por los efectos antagónicos del nitrógeno y los microelementos; vemos que un exceso de nitrógeno provoca carencias de cobre y toda la "cadena de resonancia" que pertenece al cobre queda perturbada (Roger, 1985).
- Reducción del contenido de materia seca por aumento de la cantidad de agua en el protoplasma celular.
- Disminución de la capacidad de conservación y la resistencia a los parásitos.

Con respecto al empleo de abonos potásicos, se obtiene:

- Una reducción del contenido de magnesio, con lo que quedan perturbados muchos equilibrios (Na/Mg, P/Mg, etc.).
- Una disminución del contenido de oligoelementos, demostrado experimentalmente a través del boro, manganeso y cobre en la hierba, en la soja, etc.

Si hablamos de abonos fosfatados, los efectos son menos evidentes que en los dos casos anteriores, aunque sí resulta significativa la reducción del contenido de ácido ascórbico y carotenos, como es el caso de la lechuga con P2O5 que aparece frecuentemente como ejemplo de la bibliografia especializada.
Si quisiéramos solventar las carencias de microelementos bajo forma soluble, se nos plantea el problema de que las diferencias entre las dosis óptimas y las tóxicas suelen ser muy pequeñas.

Las carencias de oligoelementos se van haciendo más frecuentes y los médicos detectan cada vez más enfermedades debidas a aquéllas. Así, en mayo de 1971, en el primer simposio internacional celebrado en Vittel sobre la deficiencia magnésica en patología humana, se concluyó que existía una relación entre la carencia de magnesio y las enfermedades cardiovasculares, depresiones nerviosas, fatigas y cáncer. El cobre, según Voisin que investigó la relación entre el nivel de cobre en el suelo y el cáncer, es otro oligoelemento que desempeña un papel protector contra esta enfermedad (Bellapart, 1988). Este agrónomo francés también enunció en 1965 que los modernos métodos de fertilización utilizados en Europa determinarían unas producciones vegetales con minerales en proporciones distintas a las que poseían hace 100 años, lo que fue corroborado en análisis de heno de los prados alpinos austriacos, y en hortalizas.

También resulta importante destacar que trece elementos minerales necesarios para el crecimiento y desarrollo normal de las plantas interactúan entre sí en el seno del suelo, y la variación importante de uno o más de ellos influirá en la disponibilidad de los restantes.

En lo que respecta a la toxicidad a través de los elementos, podemos distinguir varios casos:

- Productos que inicialmente no son tóxicos pero que posteriormente, tras sufrir una serie de transformaciones en el organismo, resultan altamente tóxicos para el hombre. Un ejemplo lo encontramos en la ingestión de nitratos, localizados sobre todo en hortalizas y embutidos, que como ya citaba unas lineas atrás se transforman en nitritos que acarrean grandes problemas de toxicidad, al igual que ocurre con muchos fungicidas (ditiocarbamatos), herbicidas (propanil y cloropropano), etc.

- También puede ocurrir que aparezca en el producto alguna impureza más peligrosa que el producto mismo (Bellapart, 1988), como es el caso de la dioxina que se puede formar espontáneamente por la acción del calor sobre el producto mismo antes de utilizarlo, o en el producto ya aplicado, por la acción del sol o del fuego sobre las hierbas ya muertas. Este veneno generalmente está presente en herbicidas frecuentemente utilizados y resulta ser acumulativo y fuertemente teratógeno.

- Otra forma de toxicidad se da por sinergismos entre dos o más productos, como ocurre con el carbaryl, que al combinarse con nitratos da nitrosocarbaryl (potente cancerígeno) o con el DDT , cuyo efecto acumulativo, por ejemplo en el hígado y grasa de personas, ha sido más evidente en el caso de individuos muertos por cáncer hepático con metástasis.


 

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